Tras resolver iniciales desencuentros, finalmente el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) definió como sus dos principales candidatos a Carlos Lomelí Bolaños, ex candidato a la gubernatura de Jalisco, y a Alberto Uribe Camacho, quien renunció en 2018 a la coordinación de campaña del entonces candidato a gobernador por el partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, para buscar las presidencias municipales de Guadalajara y Zapopan, respectivamente.Se cumplieron así los pronósticos que más dominaron desde que iniciaron los accidentados procesos de elección interna de Morena.Por un lado, Lomelí logró sobreponerse a su salida como súper delegado en Jalisco del gobierno de la autollamada cuarta transformación tras ser investigado por presuntos conflictos de interés por la Secretaría de la Función Pública por la venta de medicamentos los gobiernos federal y estatales, así como a la pérdida del control del partido Morena en la entidad.Para ello, sin duda volvió a influir la cercanía de Lomelí con el Presidente Andrés Manuel López Obrador por los apoyos que siempre le dio como candidato y que en su momento le valieron para ser el abanderado de Morena a la gubernatura de Jalisco en el 2018. Lomelí consolidó su candidatura al sumar a Claudia Delgadillo, quien le disputó la posición, como coordinadora de su campaña y al enrolar en la posición número dos de su planilla a la ex priista Mariana Fernández, a quien no logró colocar como candidata a la alcaldía de Zapopan.Por su parte, Uribe logró conquistar la postulación a la presidencia municipal por Zapopan pese a la resistencia inicial del grupo político que encabeza Carlos Lomelí, por considerar que era un territorio que ellos habían trabajado desde que el doctor se convirtió en diputado federal plurinominal en el 2015 por el partido Movimiento Ciudadano.Para vencer ese primer obstáculo y ganarle la candidatura a Mariana Fernández que era la apuesta de Lomelí, Uribe tuvo que echar mano de todo el apoyo de su ex jefe el secretario de Relaciones Exteriores y desde ahora presidenciable, Marcelo Ebrard, quien hace poco más de tres años vino a Jalisco a presentar a Uribe como coordinador de la campaña presidencial de AMLO en Jalisco, días después de que se separó del entonces poderoso grupo alfarista del que era parte, el círculo más cercano al hoy gobernador.De hecho, desde que en noviembre pasado Uribe renunció a la coordinación política de la cancillería a la que lo había invitado Ebrard desde el inicio del gobierno de la 4T, para buscar una de las candidaturas de la Zona Metropolitana por Morena, el titular de la SRE le dedicó un tuit en el que explicaba que su salida respondía a la instrucción presidencial de que quien quisiera participar en las próximas elecciones tendría que dejar el gobierno federal. Ese tuit, en el que le agradecía el haber colaborado con él y le deseaba “mucho éxito” fue considerado la más clara muestra del apoyo con el que llegaba Uribe de uno de los políticos más poderosos del gobierno morenista.Tanto Lomelí como Uribe ven en las alcaldías por las que contenderán el trampolín para disputar la gubernatura en el 2024, por lo que habrá que ver quién logra la primera meta de ganar Guadalajara o Zapopan.jbarrera4r@gmail.com