Después de las pedradas, retos, insultos, acusaciones y desplantes contra los injerencistas de Washington, ¿Usted cree que en la agenda de la conversación entre los presidentes Biden y López Obrador solo se trató sobre el tema de la “migración con dimensión humanista”, como lo expresó en redes sociales el inquilino de Palacio Nacional?. “Somos buenos vecinos y amigos”, agregó AMLO en el mensaje de Twitter que subió minutos después de concluida la reunión.Es una frase muy simplona y sobada para tratar de disfrazar los términos en que debió haberse llevado la videoconferencia de ayer por la mañana. Sin haber estado presente, desde el momento en que leí el mensaje del presidente, podía asegurar que la conversación en parte sí fue alrededor de migración, pero en términos más directos y concretos ante la avalancha de caravanas que avanzan a la frontera y los problemas que se avecinan a partir del próximo viernes con el retiro del título 42 para los migrantes. No solo se habló en el sentido “humanista” de la migración como lo ‘lo quiere vender’ López Obrador. Los mexicanos ‘no nos chupamos el dedo’ y es obvio que se habló de protocolos y medidas más severas.Y no pasaremos muchos minutos del mensaje de AMLO, para conocer más de los detalles de la conversación, como sucedió con el comunicado de la Casa Blanca, donde señala que se habló de las “medidas contundentes en preparación para el regreso del Título 8, que implica consecuencias más duras para los expulsados comparado con el Título 42”, qué en los primeros minutos del viernes dejará de aplicarse.Además -por supuesto que lo iban a dialogar-, según la comunicación de Washington hablaron de acelerar los “esfuerzos para luchar en contra del tráfico de armas y de fentanilo mediante el desmantelamiento de redes delictivas”, como era de esperarse por la prioridad que tienen esos asuntos.Y por supuesto, en el diálogo debieron salir a la discusión las muy recientes ‘valentonadas’ posiciones que AMLO ha asumido desde su púlpito mañanero y el reclamo diplomático por el incremento a la ayuda a las organizaciones no lucrativas de la sociedad civil mexicana -la mayoría en oposición al régimen-, acusando a Estados Unidos de mantener políticas añejas, rancias e injerencistas. López Obrador había dicho que “el financiamiento del gobierno de Estados Unidos, es un acto de intervencionismo que viola nuestra soberanía. No se puede entregar dinero a grupos políticos de otro país. El golpismo es un movimiento que se va gestando y que puede consumarlo el ejército o los militares, pero las condiciones para llevar a cabo el golpe se van creando con el apoyo de gobiernos extranjeros y medios de comunicación”. La acusación fue grave y debió calar muy hondo en Washington.Seguramente en la videoconferencia se abordó el tema y el presidente Biden debió dar sus razones haciéndole un extrañamiento a López Obrador de porque no hacer en primer término los reclamos a nivel diplomático, sin recurrir a los anticipados ‘gritos y sombrerazos’ y con exhibicionismo desde la mañanera de Palacio. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net