El pasado fin de semana, en la Final de Wimbledon, vimos un partido que sin duda alguna está para una película de emoción de Hollywood lleno de acción, tensión, justo para ser premiada con el Oscar.Roger Federer, el jugador a vencer en la cancha de pasto, donde él siempre dice que se siente cómodo y que siempre encuentra una solución a cualquier imprevisto que se pueda presentar, y del otro lado Novak Djokovic, con esa soltura, plasticidad de sus músculos y es aquel jugador que cuando más difícil le ponen la bola, mejor le pega y la regresa.Durante cinco horas de juego el público en muchísimas ocasiones se puso de pie para aplaudir a los dos jugadores por sus majestuosas jugadas, aunque sí se sintió algo de favoritismo por su majestad Roger Federer.Y quién de nosotros en nuestras casas no hicimos lo mismo, sin duda alguna los que nos gusta el tenis disfrutamos del espectáculo.Pero no sólo fue excelente tenis el que vimos, también vimos a dos jugadores que son un verdadero ejemplo a seguir, así se debe de comportar un verdadero jugador de tenis, respetando las reglas del deporte blanco en todo momento, respetando y aplaudiendo las jugadas de su contrario, pedir disculpas en el momento que sea indicado, no alegar nunca, en el momento de la entrega del trofeo cuando hablaron, cada uno aplaudió y felicitó el esfuerzo de su contrincante y aplaudió el nivel de juego del mismo.El único show que se vio en la cancha fue la elegancia de cada uno al jugar, la perfección en su técnica y la garra de cada uno de ellos en todo momento.En muchas oportunidades nos preguntamos por qué siempre son ellos tres los que llegan, dónde está la diferencia, y en la Final, otra vez lo demostraron, la parte mental es mucho más fuerte que cualquier otro jugador del circuito. Los dos tuvieron momentos clave en el partido, Djokovic perdió 6-1 el segundo set, y en el tercero se recupera jugando como si nada hubiese pasado. Federer pierde otra súbita, y se recupera y gana el próximo set, pero todavía hay una más, los dos puntos para partido que tuvo Roger, la gran oportunidad se le va de las manos, pero él no baja los brazos, a pesar que se da cuenta que del otro lado tiene al número uno y eso no puede pasar, no se puede perder esas oportunidades, pero así y todo siguió jugando a un increíble nivel y luchando hasta el final, como debe de ser, pero no creo que todos lo puedan lograr.Por último las palabras de Federer enseñando una vez más, diciendo que todavía se puede a los 37 años y que va a olvidarse de esta Final, esto quiere decir que seguirá buscando más, y por el otro lado Djokovic comentó que Roger es un ejemplo a seguir teniendo 37 años.Estos partidos tienen que servir de motivación para cada niño que esté en una escuela de tenis en estos momentos, para entrenar más duro, tener metas claras, exigirse aún más, ser disciplinado y tratar de imitar a estos jugadores cómo se comportan dentro y fuera de la canchas.