Pocas cosas tan típicas como las lluvias atípicas de la ciudad de Guadalajara. Desde que soy niña, recuerdo que cuando caían las primeras gotas de lluvia, mi madre se orillaba en algún punto alto, cerca de alguna tienda de autoservicio, y esperábamos juntas a que cayera la tormenta. Solo después de que ésta hubiera pasado, esperábamos entonces a que los ríos de agua bajaran. En Guadalajara, me decían unos amigos chilangos, no llueve como la gente normal. Alegóricamente se referían a que en Guadalajara caen cada año una serie de tormentas que espantan a propios y a extraños. La fuerza de la costumbre nos ha hecho sostener algunos hábitos cuando vemos -después de un largo día de sol- una nube negra aproximarse justo encima de nosotros. No hay nada que hacer, o sí, hay que esperar.En Guadalajara hay dos temporadas: lluvias y secas. En lluvias, tenemos unos días preciosos, soleados y húmedos, ni un atisbo de que luego por las tardes el cielo se cae, se va la luz de manera intermitente hasta en las mejores colonias, hasta que de plano se va por completo. Se caen árboles, cada tormenta deja la ciudad como si fuera un panteón de árboles que nos vieron crecer, y lo más grave, las corrientes se llevan autos, muere gente.No hay gobierno que haya podido remediar el caos de las inundaciones. Promesas y promesas se han ido entre la corriente del río que corre debajo de Plaza Patria, y no se nos olvidan ni estas, ni el ver flotar coches en estacionamientos, atorados en pequeñas cañadas o de plano abandonados. Ahora que estrenamos presidentes municipales electos, gobernador electo y demás puestos por debajo y por encima de estos, ojalá se pueda lograr más allá de lograr empatar con la naturaleza (porque seamos claros, a esta no le vamos a ganar), sí hacer una muy fuerte campaña de concientización de que no hay prisa, no llegaremos antes, no vale la pena, los nuestros nos esperan, no podemos con todo, qué más da si tenemos que dejar el coche, aún si lo perdiéramos totalmente. Más vale decir mil veces como aquel verso de Manzanero: “esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú”…Queda un buen trecho del temporal de lluvias, para fortuna de nuestros bosques, ecosistemas y cultivos. Queda un buen trecho del temporal de lluvias, para reto de nuestras autoridades. Queda un buen trecho del temporal de lluvias, no se arriesgue, su vida y la de todos están en juego. Cuidado.argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina