Llegó a Jalisco el semáforo verde a partir del día de hoy, junto con otros cuatro estados, para sumar siete a nivel nacional. Se supone que cuando se pone “el verde” ya no habría prácticamente restricciones para la movilidad e incluso habría margen para comenzar a realizar clases presenciales.En realidad, los cánones de la Secretaría de Salud federal señalan que las condiciones estarían dadas para la vuelta a la normalidad.Ojalá ese fuera el caso. No quiero ser aguafiestas, pero me temo que aún falta bastante para que estemos como antes de la pandemia.De hecho, pareciera hasta una broma que hayan cambiado al verde en diversos estados justo cuando, por efecto de la Semana Santa, podríamos tener un repunte de los casos.Las imágenes de los últimos días en las terminales aéreas, en las de transporte de pasajeros o el tráfico vehicular hablan de que hay mucha gente que por las vacaciones de Semana Santa van a olvidarse de restricciones y medidas sanitarias.De por sí se van olvidando las restricciones. El indicador de movilidad de Apple, señala que en Guadalajara el tráfico vehicular de los últimos días ya está 13 por ciento por arriba del de enero de 2020, antes de que estallara la pandemia. Para el conjunto del estado de Jalisco, ya es 25 por ciento superior, lo que quiere decir, que al margen de que no hubieran puesto el verde, la movilidad se va normalizando.Que bueno por la economía… siempre y cuando no existiera el riesgo de nuevos contagios y eventualmente nuevos confinamientos.En muchos ámbitos se detecta un cansancio de las medidas sanitarias y un ánimo de mucha gente que busca cualquier ocasión para tener un escape, aunque pueda haber consecuencias.Es entendible que el sector turístico esté deseando que haya un gran flujo de visitantes, ya que se trata del sector económico más golpeado por la pandemia. Su caída al término de 2020 fue de 43.6 por ciento a nivel nacional, un impacto más de cinco veces superior al de la caída del conjunto de la economía. Y fue también el sector que perdió más empleos.Sabemos que en México no somos precisamente muy orientados al cumplimiento de las normas y que rápidamente encontramos la manera de darle la vuelta a las restricciones. Así que es probable que en los próximos días veamos mucha gente que se olvida del cubrebocas, de la sana distancia y de todo lo demás.Como ha ocurrido en otros lugares, tenemos el riesgo de que en el ánimo de tener unos cuantos días de diversión y de recuperación económica, estemos sembrando la semilla de nuevos confinamientos y de un repunte de los enfermos, hospitalizados, y fallecidos.Veámonos en el espejo de diversos países europeos o de Brasil.Si tuviéramos el 50 por ciento de la población ya vacunada, como ya sucede en Chile, otra cosa sería. Pero cuando nos mostramos orgullosos de que ya hemos alcanzado el 5.2 por ciento del total, bueno, pues entonces ni qué decir.