Recuerdo que en alguna de nuestras andanzas por distintas emisoras de radio del país, y cuando transmitíamos un noticiario que en ocasiones era necesario enlazar por teléfono, platicaba con un viejo ingeniero y le preguntaba qué podíamos hacer para mejorar la calidad del audio porque se oía francamente mal.La solución, me dijo sin pensarlo demasiado, es comprar una consola que cuesta 10 mil dólares.El problema, le expliqué, es que ni teníamos ni íbamos a tener 10 mil dólares para el equipo.Después de un rato de reflexiones invoqué precisamente su “ingenio”, como “ingeniero”, para encontrar una solución sin necesidad de una cantidad tan fuerte de dinero.Y al final la encontró. Colocando algunos filtros y ecualizando de manera diferente el sonido se consiguió una señal bastante limpia y clara.Literal: se la tuvo que “ingeniar”, y lo hizo.La historia viene a cuento por la mala suerte del proyecto de una Línea 4 del Tren Ligero en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Pese a haber sido promesa de campaña de Carlos Lomelí y de Andrés Manuel López Obrador, no aparecen ni aparecerán recursos en el presupuesto para este gran proyecto.Y es entonces cuando hay que cambiar la perspectiva y reconocer que si bien esa nueva línea sería un alivio para resolver la movilidad de una parte del Sur de la Zona Metropolitana no es una prioridad porque estaría muy lejos de ser la solución al gravísimo problema global de movilidad que tiene la capital de Jalisco.Hubiese sido una obra monumental para recordar el sexenio de Alfaro, como hay otras grandes obras para recordar a ex gobernadores, pero para resolver el gran problema harían falta por lo menos doce iguales.Es momento entonces de “ingeniársela” para resolver sin grandes recursos el problema de permitir y fomentar que los habitantes de la ciudad se puedan mover de un lado a otro, con total libertad y fluidez, sin importar si lo hacen a pie, en bicicleta, en motocicleta, en transporte público o en automóvil particular.Hasta ahora lo que se ha hecho son “parches” o “curitas” y el gran problema permanece; esta ciudad cada vez se mueve menos, y lo hace más lentamente.Es un reto de dimensiones enormes, pero un reto de imaginación, talento, innovación y creatividad: diseñar una gran estrategia de movimiento urbano, reacomodando a los distintos actores, restringiendo la operación quizás para algunos de ellos en ciertas horas, facilitando el movimiento a otros, pero pensando en que la movilidad es una variable económica fundamental porque si se tiene un flujo y movimiento adecuado de personas, la ciudad y la economía fluyen.Hay que ver positivamente el cachetadón del Gobierno federal a las peticiones del Gobierno del Estado; la negativa se da apenas iniciando la administración, lo que significa que se tienen seis años que utilizados productivamente (ingenio, talento, creatividad e innovación) pueden resolver el problema de movimiento de una ciudad como ésta, e incluso ser referente mundial.(platapi.en.i@hotmail.com)