La Línea 4 a Tlajomulco va porque va. El gobierno de Enrique Alfaro está empeñado en cumplir una promesa, una vieja promesa, hay que decirlo, pues comienza cuando era alcalde de ese municipio, de construir una línea de transporte masivo que conecte a la cabecera municipal de Tlajomulco con la zona metropolitana de Guadalajara. Mientras panistas y priistas se desgañitaban entre construir un BRT o un Tren en lo que hoy es la ruta de la Línea 3, Enrique Alfaro propuso hacer una línea alternativa hacia el sur de la ciudad utilizando principalmente el derecho de vía de la antigua vía del ferrocarril. La idea de 2010 se convirtió en promesa de campaña en 2012, luego 2018, cuando en su segunda oportunidad ganó la gubernatura.Tras tres años de fallidas gestiones con el gobierno federal y ambiguas promesas del presidente López Obrador, Alfaro ha decidido buscar fuentes alternativas de recursos para concretar la Línea 4. Se ajustó el proyecto al menor costo posible (diez mil millones en la última propuesta) y se busca financiamiento a través de una Asociación Público-Privada (APP), esto es, inversionistas que decidan meter su dinero en un proyecto público a cambio de un rendimiento a largo plazo. No nos confundamos; para efectos prácticos una APP es una deuda. Los jaliscienses pagaremos a los privados que decidan financiar el proyecto. ¿Qué ganan ellos? Un rendimiento superior a los que les da el banco. ¿Qué ganamos los jaliscienses? Adelantar los beneficios de la obra. A diferencia de la deuda convencional, en una APP lo que se busca es que el proyecto genere los beneficios que paguen el costo. El transporte público masivo, particularmente los trenes o metros no suelen generar utilidades. Su beneficio, que es enorme, está en otra parte, en el bienestar colectivo que generan al ahorrar tiempos, el bien más escaso en la forma de vida urbana. Como sociedad necesitamos mucha más información del proyecto. ¿Cuánto nos va a costar, cuál es la diferencia entre una APP y un crédito convencional, de dónde saldrán los flujos, cuánta gente va a mover, es esa la mejor y más urgente solución de transporte que requiere la ciudad? No es que Tlajomulco no merezca un transporte público masivo, es que no se trata de merecimiento sino de cuál es la mejor decisión que podemos tomar en una ciudad con muchas necesidades y recursos siempre escasos. Las promesas de campaña importan, pero los números importan mucho más.diego.petersen@informador.com.mx