Los tapatíos recibieron la puesta en operación de la Línea 3 del Tren Ligero con evidentes muestras de júbilo, como dan cuenta las largas filas para ingresar a las estaciones, los aplausos a la llegada de los trenes, el beneplácito porque por fin se terminó una obra que durante al menos cuatro años se convirtió en un herida física que tasajeó la zona metropolitana de Guadalajara. Pero el beneplácito por echar a andar una obra tan necesaria para el sistema de transporte público de Guadalajara no debe hacernos olvidar que detrás del retraso de tres años en su puesta en operación, de la duplicación de su costo al pasar de 17 mil 600 millones de pesos (MDP) a 35 mil 200 MDP y de las enormes afectaciones y daños que dejó en miles de vecinos y comerciantes a lo largo del trazo de la obra, hay constructoras y empresarios beneficiados por eso contratos multimillonarios. No puede ni conviene que haya olvido o borrón y cuenta nueva en la fiscalización de los más de 35 mil millones de pesos que costó la Línea 3 del Tren Ligero, porque son recursos gastados de todos los mexicanos y deben responder por el buen uso de ellos. Y no debe ni conviene olvidar para no repetir las afectaciones en tiempo, costo y economía y calidad de vida a futuros afectados por el trazo de la obra en el siguiente proyecto de la Línea 4 del Tren Ligero, del sur de Guadalajara a Tlajomulco. Por eso es importante conocer las grandes empresas y sus dueños o principales directivos beneficiados con la inversión en la Línea 3. A reserva de los contratos que fueron subcontratados, la Línea 3 contó con al menos 26 grandes contratos que van desde la obra civil, el abastecimiento del material rodante y eléctrico, escaleras eléctricas y elevadores y sistemas de telecomunicaciones. Los contratos más cuantiosos se reducen a tres aspectos: la construcción de la obra civil, el material rodante y eléctrico, y proveer escaleras y elevadores. Para ponerle rostro a estos miles de millones de pesos concesionados, dos consorcios fueron los grandes ganadores: uno liderado por Grupo Prodi, de José Miguel Bejos y Mota-Engil, y otro por la española OHL a través de su filial mexicana Constructora de Proyectos Viales de México (CPVM).La filial portuguesa en México de Mota-Engil se asoció con Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructura (Grupo Prodi) y la española Sacyr y la constructora local Ral de Occidente para construir el Viaducto 1 (Zapopan-Guadalajara). Y las mismas empresas, solo cambiando a la local Ral por Trena, se les asignó la construcción del Túnel. El primero por seis mil 193 millones de pesos y el segundo por cuatro mil 213 millones, en total 10 mil 406 MDP, casi una tercera parte de toda la obra.En tanto CPVM, filial de la española OHL, se le asignó el contrato para la construcción de Viaducto 2 (Guadalajara-Tlaquepaque) y en consorcio con Alstom de México ganó el contrato para proveer trenes y material eléctrico. Por el primero cobró tres mil 273 millones de pesos y por material rodante y sistemas necesarios para su operación, siete mil 714 millones de pesos el monto más cuantioso de la obra. Detrás de los nombres de las empresas hay rostros, como el de José Miguel Bejos, director de Grupo Prodi y presidente de Mota-Engil México, un empresario que se distingue por su afición al golf y por ser, según algunas crónicas, el “maestro” de Peña Nieto en este deporte. Lo cierto es que entre José Miguel Bejos y el ex presidente hay una relación de amistad y cercanía tal vez más íntima que la de Peña Nieto con Juan Armando Hinojosa, el empresario de la Casa Blanca. Recientemente una revista mexicana dio a conocer cómo Mota-Engil México se vio favorecida con un decreto presidencial (antes de que terminara Peña Nieto su mandato) para concederle miles de hectáreas para levantar un mega-desarrollo turístico en Riviera Nayarit. ¿Influyó la relación de amistad de José Miguel Bejos con Peña Nieto para ganar contratos millonarios en la Línea 3 u otras partes del país? Son preguntas que el director de Grupo Prodi y Mota-Engil México sigue sin responder. En el caso de OHL, tanto en España como en México desarrolló una forma de ganar contratos basada en la contratación de ex funcionarios y personalidades políticas. El ex presidente de OHL México, José Andrés de Oteyza, presumió en audios filtrados al público en 2015, de haber ganado contratos por la gestión de Emilio Lozoya Austin a su favor. Lozoya fue empleado de OHL entre 2010 y 2012. El mismo De Oteyza presumía de su buena relación con el ex presidente Peña Nieto y hasta trascendió que junto con el dueño principal de OHL España, Juan Miguel Villar Mir, fueron recibidos por Peña Nieto en Los Pinos y hablaron de los contratos del Tren Ligero de Guadalajara y del tren a Toluca directamente con el ex presidente el 6 de abril de 2015. ¿Estas gestiones inclinaron la balanza a favor de OHL? Ellos lo niegan, pero puede haber evidencias en contrario. En todo caso, tenemos derecho a saberlo. Por lo pronto, mientras se disfrute la vista elevada o las estaciones subterráneas, no olvidar que detrás de esta magna obra que ya transporta miles de tapatíos, hay empresas y rostros que se beneficiaron de los contratos millonarios.rubenmartinmartin@gmail.com@rmartinmar