Una vez más insisto en invitarte a reflexionar, en silencio y tranquilamente, por unos minutos con serenidad, en lo que venía comentándote anteriormente sobre la alimentación, porque así como el cuerpo necesita ser alimentado, también el alma y la inteligencia necesitan nutrirse con algo sustancioso y valedero.Los mensajes digitales que a diario recibimos en nuestros respectivos equipos llámense: cel, móvil, lap, tablet… o como quieras tú llamarlos. Esos mensajes, son como pájaros de mil colores que pasan volando, los vemos y saludamos, pero duran unos breves momentos y desaparecen de la mente dejando apenas un destello. Son hermosos, nadie lo duda, encantadores a veces, pero así como llegan se van…Otros mensajes son como las golondrinas que vienen de lugares lejanos, están un tiempo con nosotros y luego regresan al lugar de donde vinieron.En cambio, la Palabra escrita no pasará a la historia, tendrá sus rachas de modas, diversificadas según los tiempos, pero el papel, de distintas calidades y colores, texturas y clases está llamado a continuar presente en la historia…Por eso hoy vamos a reflexionar un poquito acerca de la necesidad que tenemos de libros, pero libros buenos, que de veras alimenten nuestro intelecto, porque, te lo digo: también hay escritos chatarra, y ni negar, algunos verdaderamente tóxicos.Lo que sí verdaderamente es indudable reconocer, que las lecturas inciden hondamente en el pensamiento y que de allí se derivarán las ideas y conductas que nos acompañarán a lo largo de nuestra existencia mientras caminamos por este mundo.Muchas o pocas cosas podremos recordar, pero jamás olvidaremos el primer libro que leímos, o aquel que nosregalaron en una fecha especial, o el que irrumpió en nuestra mente como un rayo incandescente.Las lecturas son importantes para el desarrollo de la mente y del ser integral, pero ciertamente hay que saber leer.Por eso alguien dijo: “el mundo del futuro será de aquellos que sepan leer”. Y así en algunos lugares, hacen bastante hincapié en erradicar el analfabetismo, porque también hay quienes saben perfectamente decodificar los signos escondidos en las letras, pero a la mera hora, no entienden nada.Y también hay quienes van mucho más allá del signo y del símbolo, no sólo de los caracteres escritos, sino de las expresiones y gestos.Pero ya es mucho si de verdad reflexionamos seriamente lo que los buenos libros aportan a la inteligencia racional de los individuos.También se da el hecho, desafortunadamente frecuente, de que un gran porcentaje de habitantes de nuestro planeta, creen saber leer, y en realidad, tendrían que volver de nuevo a la escuela primaria.No era, de ninguna manera ocioso, aquello de:“enseñar a leer a los que ya saben…”Porque de veras, han mucha gente que dice que sabe leer, pero de veritas te lo digo, no saben.Y aunque ya seamos mayores y afirmamos que sabemos, siempre hay una posibilidad de progresar, de superar nuestro nivel y encontrar algo nuevo y bueno en cada renglón escrito, dialogar con el autor, pedirle explicaciones o ponerle objeciones… comentar acuerdos y desacuerdos.La lectura del periódico fue en mi edad temprana uno de las más gratas experiencias, EL INFORMADOR me educó como lectora, porque los diarios, a pesar de su vida tan breve, son también una expresión de la magia del papel impreso que deja una huellamucho más duradera que la etérea de lo digital que nos invade actualmente.De allí al libro de sabio contenido, prudentemente escogido, hay un paso. Porque también los hay que actúan como somníferos o narcóticos. Pero quien sabe leer, sabrá distinguir.Tampoco estoy desdeñando lo que hace la tecnología moderna –líbreme el cielo– lo que nos aporta, y nos enseña, pero eso es complementario y tiene sus bemoles; son como los postres en nuestra alimentación corporal normal cotidiana.Por lo tanto, hoy la sugerencia de oración es para pedir a Dios que nos enseñe a leer también los signos y señales que cada día nos presenta en el universo que nos rodea y en toda su creación. Amén