Mientras en octubre de 2012 Érik “Terrible” Morales era noqueado por un adversario de boxeo rupestre, el estadounidense Danny García, quien marcó el final de la carrera del tijuanense, dos meses después, en diciembre, Juan Manuel Márquez fulminaba a Manny Pacquiao, y al gigantesco negocio del promotor Bob Arum.Dos legendarios del boxeo mexicano reconocidos en el globo tras derrotar al mismo oponente, Manny Pacquiao. “Terrible” fue el primer mexicano en vencerlo, lo hizo por decisión en marzo de 2005. Con esa única victoria el público nacional empezó a ascender al tijuanense al nicho de los ídolos.Juan Manuel, en 2004, en 2008 y en 2011, fue robado por los jueces de la Comisión Atlética de Nevada, quienes le regalaron primero un empate, después dos victorias al filipino; Márquez en su palmarés sólo necesitaba registrar un triunfo para retirarse, KO a Pacquiao y credibilidad al boxeo.Con estas demostraciones de “Terrible” y de Márquez, el público mexicano los colocó junto a los Marco Antonio Barrera, “JC” Chávez, Salvador Sánchez, Rubén “Púas” Olivares, José Becerra… reconocimiento unánime porque el prestigio de la escuela boxística mexicana se había enriquecido más.Marco Antonio celebró históricas peleas con “Terrible” Morales; Julio César Chávez se erigió en emperador con el nocaut a Meldrick Taylor; Salvador Sánchez se consagró tras noquear a Wilfredo Gómez; Rubén “Púas” Olivares, el más reciente ídolo que ha dado el boxeo mexicano, con Chucho Castillo, Bobby Chacón, el ex pandillero de San Fernando, California, con Alexis Argüello, ofreció peleas de altísimo nivel. José Becerra noqueó a Alphonse Halimi. Y un largo etcétera, un archivo de electrizantes exposiciones que están a un clic en Internet, a través del cual se puede conocer y reconocer a los pilares que sostienen al boxeo mexicano como potencia global, boxeadores que históricamente son buscados para contratarlos y presentarlos en otras tantas plazas del mundo, garantía de espectáculo.El público mexicano es experto, y entrega su corazón al boxeador nacional que triunfa sin duda alguna… Y por ahí estaré atisbando.