El gobernador electo de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, reapareció públicamente después de un período de silencio en el que su contrincante en la elección por la gubernatura, Claudia Delgadillo González, aprovechó su cercanía con algunos actores nacionales de Morena para llevar su denuncia de fraude electoral al mismo seno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.Las agendas de ambos llevan rutas distintas.La candidata de Morena y los partidos aliados al gobierno estatal aún consigue mantener viva su impugnación porque los tribunales electorales (el local y el federal) aún no han resuelto el caso, pero parece estar decidida a alimentar la narrativa del fraude, de las acusaciones de contubernio y complicidad entre el gobierno del Estado y la autoridad electoral, e incluso acaba de agregar un nuevo elemento: un “cerco informativo” según el cual, los medios de comunicación en el Estado ignoran y no publican sus alegatos.Suena disparatado. Todos sus eventos públicos se han hecho públicos, de acuerdo con la agenda de cada medio.En su más reciente aparición, en su calidad de diputada federal, Claudia Delgadillo acudió a los diálogos nacionales para la reforma judicial, y se aprovechó del foro para reiterar sus acusaciones de fraude, cuando es perfectamente conocido que es un tema que no se resolverá en los estrados y en las redes sociales, sino con pruebas y argumentos sólidos, en los tribunales.Por su parte, Pablo Lemus tiene una serie de tareas urgentes para revisar y que impactarán inmediatamente, primero en el aparato de gobierno, y después en la cotidianidad de los jaliscienses si, como se prevé, rendirá protesta como nuevo gobernador en diciembre próximo.En la agenda de Lemus Navarro aparecen ya las primeras reuniones con los representantes de los partidos de oposición que sí aceptan el diálogo. Ya tuvo un encuentro con quien fuera candidata al gobierno, Laura Haro Ramírez, y está en agenda un encuentro con quienes serán diputados de Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI).Mucho se ha enfatizado que en el Congreso del Estado que iniciará funciones casi a la par que la administración estatal la mayoría serán diputados y diputadas de Morena, de Hagamos y Futuro. La mayoría de ellos ya se han manifestado abiertamente con un discurso con más tintes electorales que institucionales y eso, junto con la impugnación y la visión que sostiene Claudia Delgadillo, dificultarán el diálogo y mucho más los acuerdos.Pero así es la tarea y debe hacerse. Mucho trabajo tiene por delante la mesa de transición política que está encomendada a Salvador Zamora.Igualmente urgente es el trabajo que desde la semana pasada organiza Alberto Esquer como responsable de la mesa administrativa de la transición. Prácticamente todos los días ha habido reuniones y tienen el objetivo de “armar” el traspaso del gobierno de Enrique Alfaro a la administración que encabezará Pablo Lemus. El cambio administrativo suele complicarse y deteriorar la prestación de servicios a la ciudadanía.Tanto Zamora como Esquer deben entregar cuentas al gobernador electo de sus gestiones, mientras éste se avoca a la conformación del que será su equipo de gobierno, una tarea que parece sencilla pero que es harto complicada, porque el futuro gabinete debe reunir condiciones específicas para un gobierno que comenzará a operar con dificultades inéditas.Así de diferentes las agendas.jonasn80@gmail.com / @JonasJAL