Pocas parejas han dejado una estela intelectual tan grande, trascendiendo a su tiempo y marcando debates públicos en la sociedad occidental, como la que formaron Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Ambos protagonizaron una historia en ámbito personal y en la escena pública, entrelazando pasión y razón, lanzando a la sociedad, en letras impresas, cuestiones tan trascendentes como la igualdad, la opresión y el feminismo, temas fundamentales de nuestro tiempo.Su relación, construida a partir del respeto a la libertad y la tolerancia, puede delinearse con las palabras de él: ‘Es todo un compromiso comenzar a amar a alguien. Tienes que tener energía, generosidad, ceguera. Incluso hay un momento justo desde el principio en el que tienes que saltar a través de un abismo: si lo piensas, no lo haces’, completadas con las de ‘Castor’, como la llamaba cariñosamente: ‘Entre dos individuos la armonía nunca viene dada, sino que debe conquistarse indefinidamente’ y ‘Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia’. Se centraron en el análisis de la libertad y la responsabilidad personal, a partir de la idea de que primero se existe y luego se define lo que uno es en realidad, lo que les llevó a ser calificados como existencialistas.Solían sentarse el uno frente al otro con sendas tazas humeantes en el Café Deux Magots, en el barrio de Saint-Germain-des-Prés en París. Dos personas libres, pensantes y comprometidas en cambiar la sociedad hicieron de la conversación, la escritura y el discurso un arma poderosa.Formados en la tradición marxista, plantearon cuestiones que siguen en la agenda del debate en la actualidad. Jean-Paul planteó en su tiempo un desafío revolucionario contra la desigualdad: ‘Hay una moral de las masas, simple y revolucionaria, que, antes de toda educación política, exige que las relaciones entre los hombres sean humanas y condena la explotación y la opresión como acciones radicalmente malas’. Él era un líder intelectual capaz de mover la mente de grandes masas en torno a una idea de la libertad frente a la opresión que significa la desigualdad, un tema más vigente que nunca en nuestro tiempo, especialmente en México, que enfrenta el reto de transformarse en una sociedad más igualitaria.Ella, a su vez, planteó desde la perspectiva de la opresión la situación de las mujeres, sentando las bases del feminismo, con afirmaciones tan categóricas como: ‘No se nace mujer, se llega a serlo’ y ‘En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación’. Frases escritas hace casi ocho décadas que parecen adelantarse a esta época. En el caso de Simone de Beauvoir, la recepción de su obra fue más bien un primer paso hacia la conciencia crítica que levantó controversia en la opinión pública con aquellas primeras reflexiones sobre la dignidad humana, la creatividad y la autonomía de la mujer que siguen considerándose hoy una auténtica mina ideológica para el feminismo.Traigo aquí estas referencias dado el amplio alcance actual de estos temas. El debate sobre la justificación de medidas que profundicen la acción pública en favor de la igualdad, como la referencia a la cultura patriarcal que tanto agita las mentes de hoy, se nutren en gran medida del pensamiento surgido de las mentes de este par de intelectuales que se amaron fecunda y entrañablemente. Resulta más que oportuno volver a sus obras para comprender, de mejor manera, los alcances de la ruta en la que avanzamos en la construcción de una mejor sociedad en México.Hace más de 77 años de la publicación de ‘El Existencialismo es un Humanismo’ de Jean-Paul y más de 70 de la primera edición de ‘El segundo Sexo’ de Simone, y sus planteamientos siguen levantando polémica. Las propuestas políticas que debatimos ahora y parte de los postulados de muchos actores públicos se han nutrido de las páginas escritas por Simone y Jean-Paul. Nos siguen dando lecciones desde aquel humanismo de la existencia.luisernestosalomon@gmail.com