Ayer se anunció la muerte del periodista deportivo Jorge Witker a los 49 años de edad tras una enfermedad respiratoria. La particularidad de su trabajo era el uso de las estadísticas y la recopilación de datos históricos, especialmente del futbol mexicano, lo que demostró en diversos medios de comunicación como la revista “Soccermanía” (2001-2008), que él mismo cofundó. Desde joven me llamó la atención esa visión del periodismo deportivo que no sólo se circunscribe a la mera opinión televisiva, la cual impacta más por sus formas que por el fondo, sino que se apoya en los datos para dotar de credibilidad a lo que se dice. El futbol actual no se puede entender sin las estadísticas: los entrenadores utilizan Big Data para obtener información que les ayude a ganar un partido o mejorar el rendimiento de un futbolista o del equipo; los agentes y directores deportivos tienen a la mano las estadísticas de los jugadores para colocarlos o ficharlos en los mejores clubes. Pero hay ciertos sectores de la comunicación que consideran que las estadísticas “son engañosas” o “aburridas”, y prefieren hablar de intangibles como “entrega”, “amor a la camiseta” o “sensaciones” al opinar sobre el balompié. Aunque es cierto que las estadísticas y los datos no lo dicen todo al hablar de futbol, son un gran apoyo para el periodismo deportivo, como sucede en deportes como el beisbol. En el futbol mexicano, las bases de datos de la Liga MX son buenas pero no tienen los recopilados de campeonatos más añejos. A nivel mundial, portales como Soccerway, Transfermarkt, TheFinalBall o BDFutbol son extraordinarios para repasos históricos de las principales ligas profesionales del mundo; y la UEFA tiene acceso a las fichas de los partidos de anteriores ediciones de sus competiciones continentales. El dato es un detonante de historias que pueden ser de interés para el aficionado. Pondré un ejemplo. Antes de la victoria de ayer, el último triunfo de Chivas en Tijuana fue el 2 de septiembre de 2011, con gol de Héctor Reynoso. Este hecho nos puede llevar a conocer detalles de interés para los aficionados: aquellas Chivas eran dirigidas por José Luis Real y, pese a terminar de superlíderes, fueron eliminadas por Querétaro en Cuartos de Final. También nos recuerda que aquella era la primera temporada de Tijuana en Primera División, y los malos resultados llevaron al despido, dos semanas después, de Joaquín del Olmo, técnico que los ascendió, para traer a Antonio Mohamed, quien un año después le daría a los Xolos el primer título de su historia. También traemos a la memoria que en ese juego debutaron en Primera División los jugadores de Chivas Juan Pablo Orozco y José Luis Verduzco, quienes no tuvieron mucha fortuna y terminaron jugando en equipos de categorías inferiores. Inclusive, contextualizamos que ese partido se disputó dos semanas después del incidente en Torreón cuando jugaban Santos Vs. Morelia, al suscitarse una balacera en las afueras del nuevo Estadio Corona que provocó la suspensión del partido y la preocupación de los aficionados resguardándose en el campo y en las tribunas, en imágenes que dieron la vuelta al mundo.Que el ejemplo de Witker nos lleve a seguir reivindicando las estadísticas como una gran herramienta para comunicar el balompié. Hoy El Informador saca una buena nota sobre la incapacidad de Rafa Puente Jr, entrenador del Atlas, en darle la vuelta a partidos adversos, al perder 27 de los 36 juegos que inició perdiendo en el marcador. Una cosa es calificar el trabajo de alguien, y otra cosa es sustentarlo con los datos. Me despido una semana. Vuelvo el 4 de marzo. Gracias por la lectura.