Eran las 7 de la noche en México, mientras que en la costa este de los Estados Unidos -8 pm- estaban cerrando las casillas electorales y ya empezaban a darse a conocer algunos resultados de la elección intermedia que representan malas noticias para los demócratas y también para México. El primer despacho llegó desde el estado de la Florida, que señalan que de acuerdo a las proyecciones, el gobernador republicano Ron de Santis -muy posible candidato a la nominación republicana a la presidencia- y el senador Marco Rubio -del mismo partido- lograron la reelección. La segunda noticia venía proveniente desde el políticamente clave estado de Ohio, donde el gobernador republicano Mike DeWine vencía a la democracia Nan Whaley. Y más tarde, otro republicano, Greg Abbott, gobernador de Texas, fue reelegido. De Santis, Rubio y Abbott, tres políticos antiinmigrantes y que no ven con buenos ojos cuando se habla de México.A la par que surgían las proyecciones de salida, se daban a conocer las encuestas de evaluación sobre el desempeño del presidente Joe Biden. Poco más del 55 por ciento de los que respondieron las preguntas de las encuestas desaprueban el desempeño del mandatario, acusándolo de un mal manejo de la inflación, los altos niveles de criminalidad, el pésimo control de armas y el tema migratorio, donde internamente no se le ha dado solución a millones de indocumentados, y externamente al incremento de la llegada de miles de migrantes que han invadido prácticamente su frontera sur.La posibilidad de que los republicanos ganen el control de las cámaras -Representantes y Senado-, como mostraban hasta anoche las proyecciones, cambiará completamente el trato a México, endureciendo las posturas en todos los temas en la relación bilateral. El debilitamiento que provocaría la derrota demócrata a la administración Biden sería brutal, dejando en manos del Congreso la decisión final de lo que puede o no puede hacer quien ahora ocupa el escritorio de la oficina Oval en la Casa Blanca.Por otra parte, la victoria republicana tendrá otro ganador, el ex presidente Donald Trump, quien ha estado detrás de la oposición y quien a pesar de tantos problemas de índole legal es la voz de mando y figura central del movimiento que tiene como meta recuperar la Casa Blanca en las elecciones de noviembre del 2024.Además, es de llamar la atención que en la maquinaria republicana se hayan agregado una infinidad de méxico-americanos, cuando en el pasado su origen político era el partido demócrata. Ayer, en la contienda electoral, 33 de los candidatos republicanos que buscaban un lugar en la Cámara de Representantes, en sus venas corre sangre mexicana, lo que es un hecho histórico.Si bien es cierto que existen muchas posibilidades de que Trump -como lo dejó entrever el lunes- se postule a la candidatura presidencial -posiblemente lo hará oficial el 15 de este mes- o bien, que decida que alguien más lo haga por los republicanos, el arrastre de Trump pesa mucho en un gran sector del electorado. Y la elección de ayer pudiera ser un anticipo de lo que puede significar la jornada en las urnas por la presidencia dentro de dos años. Y esas, por supuesto, no son buenas noticias para México. y las cosas ‘no pintan bien’ tomando en cuenta el trato -hay una infinidad de antecedentes- que muchos protagonistas del partido republicano -principalmente Donald Trump- le han brindado a nuestro país en el pasado. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net