Asiduos o no al uso de la bicicleta, me parece que desde hace décadas, casi todos vemos con simpatía el uso de la misma en nuestra zona metropolitana -pueblo bicicletero decían de Guadalajara-, y aunque como siempre, nunca faltan los temerarios que arrollan a los peatones, se les cruzan imprudentemente a los automovilistas y camiones, así como conductores descuidados y neurasténicos, situación que ha dado como resultado una lamentable pérdida de cientos de vidas y como consecuencia, de cientos de familias enlutadas, razones por las cuales se llegó a convertir en un grito desesperado de la ciudadanía la construcción de vías especiales para trasladarse en bicicleta con el menor riesgo posible para unos y otros.Tras muchas luchas y luego de que grupos organizados pusieron en las agendas gubernamentales municipal y estatal, la necesidad de un presupuesto para la construcción de ciclo vías, con las campañas electorales se “dispararon” las promesas de construcción de las mismas, pero las cosas quedaron en eso “promesas de campaña” durante por lo menos un par de lustros. Ante la perseverancia del reclamo, sobre todo por la pérdida de vidas humanas, se empezaron a conceder presupuestos prudentes, pero bastó con que los vividores de la política se dieran cuenta de lo redituable que resulta para conseguir votos y “comisiones por construcción”, que empezaron a surgir “ciclo vías” por donde quiera…Y es precisamente ahí en donde está el detalle, como diría Cantinflas (+). Creo que hasta la fecha son pocas las personas que se oponen a su construcción, el detalles se encuentra en que éstas deben de ser bien planeadas y cuidar el derecho y respeto a la propiedad ajena, esto es a las personas que tienen sus casas y cocheras en donde se pretenda construir las mismas.Pero como dijo no se quién: El negocio es el negocio. Sin socializar debidamente, ni tomar en cuenta todos los aspectos del entorno social, ni importarles los múltiples trastornos que ocasionaran, las “autoridades” -tampoco sé en qué- comenzaron a destruir los viejos y nuevos pavimentos, cuyo costo implica muchos millones de pesos, para luego construir con parches y ocurrencias -sin dejar que de éstas florecieran ideas- límites y/o acotamientos para las bicicletas. Algunos pretenden que sirvan de jardineras (mismas que por cierto ya han provocado serios accidentes automovilísticos), mientras que otros seguramente consiguieron amigos con otro tipo de empresas para que les fabricaran aberrantes delimitaciones que no protegen a nadie, sino por el contrario.Luego de las ciclo pistas, apareció la urgencia por colocar bolardos de protección y facilitación en todas las esquinas… todo este derroche de dinero sin socializar, pero comisionable.APUNTE ¿Habrá alguien que les enseñe al menos en qué consiste el Proceso Administrativo para realizar una obra pública sin necesidad de que sigan derrochando millones de pesos diarios?cuauhtemoc.cisneros.madrid@gmail.com