Viernes, 22 de Noviembre 2024

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Las abejas de Notre Dame

Por: María Palomar

Las abejas de Notre Dame

Las abejas de Notre Dame

Desde el pasado abril, cuando la catedral de Notre Dame de París fue casi devastada por el incendio que consumió toda su techumbre, la zona está sellada y sólo pueden acceder a ella quienes trabajan en la consolidación del edificio, la descontaminación por residuos de plomo y otras obras previas a la restauración propiamente dicha. Pero mientras los humanos se afanan en esas tareas, hay otras obreras que han seguido trabajando con normalidad en medio de todo aquel desastre: son las 35 o 40 000 abejas que viven en tres colmenas ubicadas sobre el techo de la sacristía, que no se vio directamente afectado.

Desde 2013, gracias a la iniciativa de una compañía que promueve la biodiversidad urbana implantando colmenas en edificios de la ciudad, Notre Dame cuenta cada verano con su propia producción de miel, lo mismo que la Ópera de París, las oficinas de la Coca Cola, el Grand Palais, la tienda de Louis Vuitton en los Campos Elíseos, muchos bancos y otras instituciones o compañías: en total, la empresa Beeopic*  cuida unas 300 de las cerca de 700 colmenas que hay en la ciudad. Las abejas que se crían son de la variedad desarrollada por un monje y apicultor benedictino, fray Adán, en la abadía de Buckfast, en Inglaterra; producen mucha miel, son poco agresivas y son resistentes a la acariosis, enfermedad que diezma los enjambres.

La encargada de atender a las abejas de Notre Dame, Sibyle Moulin, y sus compañeros de Beeopic vieron con horror el incendio, pensando no sólo en el edifico sino también en sus abejas. El techo de la sacristía está del lado sur, a unos 30 metros más abajo del de las naves de la catedral, así que albergaban la esperanza de que no sufriera los mismos daños. Pero las tomas de la quemazón no permitían verlo. Horas después de haberse extinguido el fuego, el director de Beeopic, Nicolas Géant, informó que las tres colmenas estaban intactas, pero que quién sabe que habría pasado a sus ocupantes con el humo, el calor (que llegó hasta los 800º C) y los chorros de agua de los bomberos.

Dos días más tarde, Géant anunció: “Nuestras abejas de la catedral de Notre Dame siguen vivas”. Habían estudiado todos los videos y las imágenes de satélite y de drones y constatado que no había manchas de cera (que se derrite a los 70º), y el humo no les preocupaba, pues se usa para sedar a los insectos y lo que pasa es que se duermen alrededor de la reina. Luego recibieron imágenes captadas por los operarios de la catedral donde se veía que las abejas entraban y salían llevando bolitas de pólen en las patas, es decir que almacenaban proteínas para las crías, lo cual significaba que las reinas seguían produciéndolas.

El pasado julio, Sibyle Moulin tuvo permiso de entrar y recogió 66 kilos de miel, muestras de la cual se mandaron para verificar si contenía plomo. Ahora en enero, tras completar un curso de prevención y seguridad, pudo otra vez revisar cómo va la vida en las colmenas. Informó que están mejor que nunca y listas para producir mucha miel el próximo verano.

*https://www.ruche-entreprise.com/

Tapatío

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