En fin, habremos de esperar cómo viene el temporal ya que el problema es que, aunque algunos declaran que compramos millones de vacunas, nadie ha visto los cheques y hay una bola de desocupados que afirman que las vacunas no existen porque no compramos ninguna, que el señor presidente y su gataje se han dedicado a pedir frías a ver cuál país se compadece de nosotros y nos regala las vacunas. Yo no sé cuál de estos opinantes tiene razón, pero lo cierto es que la mayoría cree que el mes que va a ser el bueno para la vacunada es mayo, porque hay elecciones en junio y necesitan aprovecharse. Recordemos que el señor presidente, que es muy listo se asesoró en materia electoral del señor Barlett, que está catalogado como una de las personas más capacitadas en materia de elecciones, se las sabe todas, todititos los secretos del sistema y eso sirve.Algunos dijeron que el supremo jefe dijo que solo la federación tendría vacunas y obvio, le pusieron una criticada sus adversarios: los malditos conservadores que trajeron a Maximiliano para agredir a las fuerzas progresistas que desean el progreso de la gente, comenzando con ellos; los gobernadores retardatarios, retrógrados, reaccionarios, afiliados a partidos corruptos, tradicionalistas e hijos del siete de espadas se le echaron encima porque ellos querían comprar vacunas y el jefe supremo les dijo que claro que sí, que podían comprar las que quisieran, para lo cual en nuestro estado, sé que no me lo van a creer, el titular nombró una mesa de compra de vacunas y que se sepa todavía no compran ninguna, pero la raza pelona la conoce como la mesa que más aplaude, ya que el culto a los gobernantes suele darse no nada más en lo federal, sino en los estados, municipios, delegaciones, rancherías, clubes y cualquier centro de reunión donde se congreguen aquellos que Ambrose Bierce definió con el término “humanidad”, o sea “la raza humana, colectivamente, excluyendo a los poetas antropoides”; en todos de seguro que hay barbeada, pero el hecho es que aquí, al no haber vacunas, no ha dejado de haber aplausos pal jefe.Pero a final de cuentas, de los betabeles anunciados para vacunarse, con tantito entusiasmo y algunos contagios por la multitud, se vacunaron todos aquellos que quisieron hacerlo y le metieron tantitas ganas; no lo hicieron aquellos que no creyeron que el biológico los protegería contra el bicho, porque incluso la publicidad oficial sacó fotos de grupos que asistieron a vacunar a algunos, no a todos, a asilos de ancianos.Pero lo que sí hay que reconocer que, hasta donde me han platicado y conforme a las noticias de amigos periodistas, a mí no me ha llegado ninguna noticia de malos tratos, a pesar del gentío nunca se perdió la amabilidad del personal que atendía la vacunación y los arrimados, porque vacunar tanta raza es un trabajal.