“Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.Se lee en el famoso cuento breve de Augusto “Tito” Monterroso.Y vaya que el dinosaurio sigue allí, además más sano y fortalecido que nunca, listo para prolongar su existencia por lo menos un par de décadas más.Claro, nosotros a diferencia de “Tito” nos referimos al poder político hegemónico en nuestro país.Aquel viejo PRI que durante décadas fue amo y señor de la vida política de México aparentemente había venido despareciendo para ceder su sitio al PAN y un poco al PRD…¡Pero nunca desapareció!Al empezar a ver su fin perdiendo elecciones en medio de escandalosos casos de corrupción inició su transmutación: sus militantes más visionarios empezaron a saltar a otros partidos de tal forma que hoy en día engrosan al nuevo gran dinosaurio, al partido Morena, que gracias a la perseverancia, habilidad y buena fortuna de su cacique es el poder hegemónico en México al grado que es una certeza casi absoluta que quien sea su candidato (o candidata) a la presidencia en el 2024 será el ganador y con amplio margen.Esto gracias al bien hacer las cosas con los sectores más desposeídos por parte de López Obrador y a la nula estrategia de los llamados partidos de oposición que como enanitos son meros testigos del avance del dinosaurio.Lo que queda del PRI, del PAN o del PRD son meros remedos de lo que fueron sus días de gloria. Las grillas, herencia maldita de gobiernos corruptos así como las ambiciones personales y las omisiones los convierten en meros cascarones, que vienen siendo la parte visible de embriones que hace rato migraron con toda su experiencia y mañas para fortalecer a Morena, y servirse del ya partido oficial para sus propios intereses.Por eso se ve tan a gusto a los otros priistas, panistas y perredistas moviéndose a sus anchas al interior de la vida política nacional en Morena.No sólo arman las estrategias y los enroques a los que estaban acostumbrados en sus partidos, sino que ahora buscarán tener peso en la selección del candidato (o candidata) que habrá de suceder a López Obrador, a su vez cachorro del PRI.De los cuatro aspirantes a ser candidatos únicamente Claudia Sheinbaum nunca militó en el PRI, pero sí lo hizo en aquel PRD que llevó a triunfos electores a varios actores importantes.Porque lo que son Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López no sólo fueron pilares dentro del PRI sino que incluso probaron las mieles de haber ocupado cargos de importancia.Pasarán muchas cosas antes de que este nuevo y formidable dinosaurio empiece a vivir su ocaso y se viva otra transmutación, pero por lo pronto uno de los cachorros (o cachorra) del viejo dinosaurio y sus transformaciones será el nuevo Presidente de México.¡Seguiremos despertando y el dinosaurio estará allí!Y en el fondo su ADN será el mismo. Pablo Latapíplatapi@hotmail.com