En las reflexiones que estamos realizando con base en la propuesta de E. Morin, podemos subrayar la importancia que tiene el promover la formación de la conciencia, sin la cual no podemos aspirar a mejorar la condición moral y el desarrollo de la inteligencia.“La posibilidad antropológica, sociológica, cultural y mental de progreso, restaura el principio de esperanza, pero sin certeza ni promesa . Es una posibilidad incierta que depende mucho de la toma de conciencia, las voluntades, el ánimo, la suerte... Por esto, las tomas de conciencia se han vuelto urgentes y primordiales.”La educación requiere asumir su papel primordial de inducir al alumno a que tome conciencia de sí mismo, de la persona que es, de su propia identidad. A que sepa su papel dentro de la familia, la comunidad y el planeta: “ Tal unión necesita de una conciencia y de un sentido de pertenencia mutuo que nos ligue a nuestra Tierra considerada como primera y última Patria”.Es darnos cuenta de la identidad que nos liga con los demás seres que habitamos en este planeta-patria, y que seamos responsables, al cuidar nuestro hogar con un incansable esfuerzo de amor humano, que nos conduzca a dejar atrás las carencias sufridas en siglos anteriores que nos han conducido a catástrofes, exterminios, holocaustos y hechos de una crueldad indigna de nuestra condición.Y que a su vez la falta de conciencia nos ha llevado a conductas de barbarie, de egoísmo, de un galopante consumismo y apego materialista al deseo de poseer y por el otro, a saltar al extremo del fundamentalismo de los excesos, a defender mitos engañosos, fantasías e ilusiones, creando falsas divinidades o esclavizados en adicciones y radicalismos que nos inclinan al odio.Aprender a compartir, a cuidar nuestros espacios, y en fin todo el entorno, a comunicarnos y a comulgar con nuestras ideas y reconciliarnos o acordar en nuestras diferencias, para llegar a formar una misma cultura planetaria del respeto y la tolerancia, de la convivencia pacífica y en armonía, sin dejar de reconocer y aceptar la diversidad.Por ello, E. Morin propone la educación de cuatro conciencias principales:“La conciencia antropológica, que trata sobre reconocer nuestra unidad en nuestra diversidad. La conciencia ecológica, que nos conduce a abandonar el sueño prometeico del dominio del universo para alimentar la aspiración a la convivencia sobre la tierra. La conciencia cívica terrenal de la responsabilidad y de la solidaridad para los hijos de la Tierra. La conciencia espiritual de nuestra condición humana, al ejercer nuestro pensamiento en la crítica mutua, la autocrítica y la mutua comprensión.”Se trata de enseñar a no vivir en oposición o en contra de... Sino a ligar nuestras positivas maneras de ver las cosas, nuestras familias, regiones, naciones, valores y costumbres “ Todas las culturas tienen sus virtudes, sus experiencias, sus sabidurías al mismo tiempo que sus carencias y sus ignorancias”.Tomar conciencia del no hacer ni hacernos daño, de procurar desarrollar una coherente visión y ejercicio de realizar el bien.“La búsqueda de un mejor venir debe ser complementaria y no antagonista con los reencuentros en el pasado”.Una conciencia responsable y despierta para mejorar todo cuanto somos y poseemos, de una manera culta e inteligente.
