Las últimas semanas se han vivido jornadas altamente violentas en todo el país, en lo que a los homicidios dolosos se refiere. En ese contexto, los atentados y agresiones contra candidatas y candidatos continúan, o bien en contra de personas que forman parte de sus equipos; mientras que las otras formas de violencias: sexual, familiar, contra la sociedad, se expanden y esparcen por todo el territorio nacional. A ello se agregan nuevas coordenadas regionales de violencia, como ocurre en Chiapas, donde la disputa por el control territorial se hace cada vez más violenta y donde ha ocurrido uno de los eventos anecdóticos más preocupantes de la campaña, cuando la candidata presidencial de Morena fue detenida por un retén establecido por personas que aparentemente forman parte de uno de los principales grupos delincuenciales del país que opera en el sureste mexicano. El conteo oficial preliminar de víctimas de homicidio llegó ya a más de 186 mil, lo que permite anticipar que en lo que resta de la presente administración se llegará a las 200 mil víctimas, considerando las decenas de miles de personas que se encuentran no localizadas y desaparecidas, además de aquellas que han tenido muertes violentas cuya intención no ha sido aún determinada. Pero ese no es el único grave problema que enfrentamos: estamos en la segunda ola de calor que azota al país en este año; y con ello la tremenda sequía se prolonga. En efecto, el monitor de la sequía de la Comisión Nacional del Agua muestra que desde el último cuatrimestre del año pasado y hasta ahora, estamos en uno de los “picos” más calurosos registrados en los últimos 25 años.En efecto, al 30 de abril de este año, se tenía reporte de que el 88.5% del territorio nacional registraba algún grado de sequía, habiendo 12 Entidades de la República donde alguna fracción de sus territorios presentan niveles de sequía excepcional. Sólo el 17.8% del territorio nacional no enfrentaba, en la fecha señalada, ningún grado de sequía, pero de continuar la ausencia de lluvias, eso podría empeorar.De acuerdo con la propia Conagua, en el monitoreo diario del nivel de almacenamiento de las presas del país muestra que en 12 Entidades el nivel de almacenamiento de agua en las presas que están en sus territorios ha llegado a niveles críticos, pues se ubican por debajo del 25% de su capacidad; mientras que en Hidalgo, Michoacán, Guanajuato, Sinaloa y Durango los niveles se encuentran ya significativamente por debajo del 50% de sus capacidades. En medio de todo ello, el Presidente de la República ha decidido tensar aún más la discusión pública y ha arremetido una vez más en contra de sus críticos y opositores, mientras que el tono del segundo debate presidencial fue un escenario en que el tono de descalificaciones y agresiones entre las candidatas punteras subió notablemente de tono, mientras que las acusaciones de corrupción, prácticas indebidas y posibles nexos con grupos criminales crecen en las disputas estatales, pero sobre todo en las municipales. Las autoridades electorales son criticadas todos los días por los partidos políticos, pero principalmente por el partido en el poder y por el propio Presidente de la República, mientras que el Poder Judicial ha sido objeto de la campaña de descalificación más intensa y agresiva de que se tenga memoria en los últimos 25 años en el país.Lo anterior es igualmente preocupante y delicado, porque es un hecho que cientos, quizá miles de casos de los cargos que están en disputa en el país, terminarán en tribunales, en el que se prevé que será el proceso con mayor número de casos judicializados en la historia electoral del país.Los problemas que persisten en el país son muchos; y lejos de que el proceso electoral anticipe la creación de condiciones de una nueva lógica de diálogo público, lo que parece venir es una probable agudización de la imposibilidad de crear acuerdos democráticos perdurables en aras de construir un nuevo sendero para el desarrollo integral de nuestro país.