Hoy termina una semana difícil para el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que inició con el revés electoral del 6 de junio y que cierra con las reacciones a las durísimas revelaciones que hizo ayer la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en el sentido de que fue muy franca en su encuentro con AMLO al pedirle dejar “hacer su trabajo” y no obstaculizar a las organizaciones no gubernamentales y a la prensa, así como garantizar un sistema judicial independiente. Nada bien debió haber caído el hecho de que Harris haya comentado también la preocupación de Estados Unidos por la “corrupción y la impunidad” en México cuando son las principales banderas de la 4T y cuando el Presidente ha repetido en varias ocasiones que en su gobierno ese lastre se acabó.Por lo comentado por la vicepresidenta de Estados Unidos, en su encuentro con López Obrador le ratificó lo que ya había manifestado el gobierno de Joe Biden en el sentido de que seguirían apoyando a organismos anticorrupción de otros países, luego de la petición formal que hizo el gobierno amlista de suspender el financiamiento a organizaciones como Artículo 19 y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) por considerarlas “golpistas”.Aunque el lunes AMLO se dijo “feliz, feliz, feliz” por los resultados electorales, pese a las pérdidas de más de la mitad de alcaldías de la CDMX y 57 diputaciones federales, ya no pudo criticar por ello el ejemplar trabajo realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) al que ha fustigado y amenazado con desaparecer desde el inicio del sexenio. Por eso seguro también le incomodó la declaración hecha por el presidente del INE, Lorenzo Córdova, cuando el lunes le reviró sin mencionarlo por su nombre, de que luego de la participación histórica de las y los mexicanos en las urnas, nadie en su sano juicio podría pedir la desaparición del INE por ser la institución garante de la democracia en México.El llamado a respetar el trabajo de la prensa, hecho por la alta funcionaria estadounidense, vino una día después de que el Presidente acusó a los medios por la derrota electoral en la mitad de su bastión político de la Ciudad de México y de hacer guerra sucia y repetir mentiras para hacer pensar que Morena perdió la elección.Muchas reacciones negativas le generaron también al Presidente su comentario sobre el buen comportamiento que habían tenido los grupos delincuenciales durante la jornada electoral y no así los de “cuello blanco”, lo que de inmediato remitió a la política de los abrazos y no balazos y los pésimos resultados de la 4T en la lucha contra los cárteles del narcotráfico.Ojalá esta mala semana y la sacudida que significó la pérdida de millones de votos, hagan que López Obrador deje ya de hacer campaña, de polarizar al país y deje de ver como adversarios a los que no votaron por Morena.jbarrera4r@gmail.com