Abundan los ciudadanos malacostumbrados y caprichosos que quieren que el Gobierno se encargue de barrer afuera de su casa, darles empleo, enseñarles inglés y proporcionarles felicidad, pero la única responsabilidad que no debe eludir el Estado es la de seguridad. La tarea de proteger la libertad de los individuos frente a otros individuos y, también, ojo, frente al abuso de poder del propio Estado.Para esto último tanta parafernalia democrática, pero para lo primero inventamos policías, ejércitos, comisión nacional de seguridad, mando único, controles de confianza, seguridad municipal, conferencias contra la violencia y cosas como el Programa de Fortalecimiento a la Seguridad.Este programa es un invento reciente para mandar recursos directamente a los municipios, para que no digan que les faltan patrullas, chalecos, camisas, cursos, policías o software para poner el registro de quiénes fueron detenidos dónde, por qué y qué fue de ellos.Cosas menores, como ustedes podrán ver. Minucias irrelevantes frente a la importantísima tarea de… no sé, organizar las fiestas del 15 de septiembre.En fin, estos recursos de los que les hablo son una bolsa adicional, un extra para fortalecer a las debilitadas autoridades locales, las de la primera línea de fuego.Y claro, no hay dinero que alcance. Para los municipios de Jalisco se aprobaron alrededor de 320 millones de pesos más un 20 por ciento que pondrían estos. La verdad es que no es tanto, y mucho menos considerando los precios que les dan los abusivos proveedores (o, ejem, los amigos) a las autoridades.No es mucho dinero, les digo. Pero, por lo visto, a los municipios les sobra. Eso de que haya gente buscando a sus seres queridos en la única copia de unos expedientes de papel apilados sobre unas sillas, no les parece que se necesite arreglar con software o capacitación. Jalisco, unEstado que no puede presumir paz y tranquilidad, le hace el feo al dinero. O les sobra, o alguien no se puso a trabajar para ejercerlos o alguien atoró el dinero, pero el caso que al día de hoy, los municipios han ejercido el 13 por ciento de los recursos del programa Fortaseg, según los datos de la Comisión Nacional de Seguridad.Eso quiere decir que mientras aumentan los índices delictivos, alguien guarda el dinero en un cajón, que ya se sabe que es donde más útil es. No se usó para comprar botas, computadoras, cascos… no se dieron cursos ni se adquirió software. Al día de hoy, se han usado sólo 13 pesos de cada 100 que tenían.Caso por caso es difícil saber quién es más culpable. En Guadalajara, por ejemplo, no se puede indagar porque el último reporte se actualizó en abril y, por supuesto, es de 2017. No sabemos cuánto gastaron Enrique Alfaro y Enrique Ibarra después, en fortalecer a sus cuerpos de seguridad.Ah, pero eso sí, ahora hay promesas de refundación, de un nuevo mundo, supongo que lleno de felicidad, a cargo del Gobierno. Pero la primera línea de fuego, la seguridad municipal, que se pudra.