Hoy, los jóvenes tienen un gran compromiso con los adultos y mayores en casa, al cuidarse, con todo esmero, de no contagiarlos de COVID-19.En la sociedad se han detectado múltiples eventos, sobre todo por las redes sociales, en los cuales se festeja una boda, una graduación o simplemente el gusto por reunirse, y ninguno de los participantes cumple con las medidas preventivas para no contagiarse del virus.Como es muy cierto que a muchos jóvenes, ya les dio la enfermedad, con casi ningún síntoma, entonces concluyen que no es tan peligroso y pierden fácilmente la consciencia de lo grave que si puede ser para un adulto mayor o para los que si son más vulnerables y susceptibles de agravarse su estado.También es que resulta muy difícil señalar a los responsables en la familia de trasmitir el virus, entonces nadie se siente culpable. Si alguien se enferma, es muy fácil decir "yo no fui". Hay tantas opciones, que bien se pueden disolver las causas y quedar fácilmente impune.La ansiedad y urgencia por ver a l@s amig@s y abrazarlos y tener conversaciones sin la debida distancia, provoca que se olviden que pueden ser los portadores, pasivos, del virus y llevarlo a casa, sin tener consciencia de que son transportadores y mensajeros de una enfermedad grave para el abuelo.Además casi todos nos protegemos y cuidamos de las personas de la calle, pero no de nuestros hijos y familiares más cercanos, y quizás es de ellos de quienes más nos deberíamos cuidar, si ellos insisten en no hacerlo bien.Necesitamos decírselos, aunque algunos se enojen y respondan mal. Es mejor prevenir que lamentar. Es muy grande su responsabilidad y hay que recordárselos.