Un escándalo puso los ojos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y la atención pública y política en el cambio de presidencia del Poder Judicial. El llamado “tesisgate”, que se volvió tema nacional, puso al descubierto el plagio en la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel, una de las y los aspirantes a encabezar el máximo tribunal en México. Y mientras la ministra, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y hasta la Fiscalía de la Ciudad de México seguían tratando de aclarar (o enredar más) quién plagió a quién (si Esquivel plagió la tesis que presentó en 1987 o se lo plagiaron), llegó el día de la elección en la Suprema Corte. El pasado 2 de diciembre las y los 11 ministros eligieron de entre ellos a su próximo titular.Con seis votos a su favor, la ministra Norma Lucía Piña Hernández fue nombrada como presidenta del Poder Judicial (de la SCJN y del Consejo de la Judicatura Federal), para los próximos cuatro años. Su elección ha sido celebrada y aplaudida, no sólo porque distintos sectores esperan que sea un equilibro frente al Poder Ejecutivo -es decir, ante las decisiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador-, sino porque es la primera mujer en la historia de México en ocupar ese cargo.“Al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal, represento también a las mujeres”, dijo el día de la elección.Una mujer encabezando el tribunal de justicia más importante del país es una gran referencia de la capacidad y el liderazgo femenino. Pero, sobre todo, abona a que poco a poco se logre una representación paritaria en la judicatura y, con ello, se avance en garantizar que las mujeres mexicanas puedan tener acceso a la justicia en condiciones de igualdad. Su trayectoria de más de tres décadas en la carrera judicial ha sido una cualidad valorada; algo alentador, en una cultura donde suele demeritarse el trabajo y preparación de las mujeres que van ocupando importantes espacios.En la Corte se juzgan y dictan sentencias de algunos de los asuntos legales más importantes del país y sus pronunciamientos tienen implicaciones sociales y políticas; por ejemplo, la despenalización del aborto en México o el consumo legal de la marihuana. Durante su gestión, a la presidenta de la Corte le tocarán los últimos dos años de este Gobierno y los dos primeros años de la siguiente administración.Como ella misma lo dijo ante las y los 10 ministros del pleno de la SCJN el día de la elección, su llegada fue para “romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal” para las mujeres.Instagram: vania.dedios