El primer fiscal anticorrupción de la historia de Jalisco, Gerardo de la Cruz, y su equipo de apenas cinco integrantes (un Ministerio Público, un actuario, un notificador y su secretaria) finalmente se empezaron a instalar hace unos días en lo que será la sede de la Fiscalía Especializada en Combatir a la Corrupción.Tras un peregrinaje por oficinas públicas y privadas desde inicios de año, el grupo fundador de esta Fiscalía, que forma parte del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción, llegó a una edificación en la calle Amado Aguirre número 857, en la Colonia Jardines Alcalde, a unos pasos a espaldas de la Secretaría de Movilidad.Se trata de un edificio de tres plantas que albergó algunos años las oficinas corporativas de una constructora y que resultó la mejor oferta en espacio, precio y equipamiento, de tres alternativas que ofreció la Secretaría de Administración, Planeación y Finanzas del Gobierno estatal.Seguramente la primera tarea del fiscal anticorrupción y su equipo fue investigar bien los antecedentes del dueño del inmueble y las condiciones de arrendamiento que ronda los 150 mil pesos mensuales, incluido parte del mobiliario y del sistema de voz y datos. Sería un golpe mortal para la credibilidad de la naciente Fiscalía que trascendiera luego alguna anomalía del casero o de su constructora.A simple vista el edificio no está totalmente equipado, y a decir de los vecinos, donde inicia operaciones de manera muy incipiente la Fiscalía Especializada en Combatir la Corrupción, era una finca que apenas hace unas semanas estaba en obras de mantenimiento.Por donde se le vea, es sin duda una buena noticia que a esta institución clave del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) se le haya apoyado para tener al fin oficinas propias, donde se pueda ir consolidando, ahora que el gobernador Aristóteles Sandoval anunció la semana pasada que liberarán los recursos necesarios para que crezca en presupuesto y equipo humano como lo urgió públicamente el Observatorio Ciudadana del SEA y la Coparmex Jalisco.La fachada es de cristal, pero por fortuna es en lo único que se parece a las faraónicas oficinas que se mandó hacer con total opacidad el ex auditor superior del Estado, Alonso Godoy Pelayo, en la administración del gobernador panista Emilio González Márquez.El contraste en dimensión y costo entre ambas sedes de estas dos instituciones del Sistema Anticorrupción, recuerda nítidamente el inexistente esquema de fiscalización y la simulación y complicidades que operó la trama de corrupción en la que estaban atrapados los órganos anticorrupción, de la que se quiere escapar.Aunque nada se ha logrado aún, más allá de los nombramientos del Comité Coordinador del SEA con un auténtico respaldo social, el cambio de estilo en la simple definición de estos espacios abre la posibilidad de que la historia, por primera vez, pueda ser distinta. Ojalá.jbarrera4r@gmail.com