Como nunca antes, el actual contexto informativo y social va poniendo los reflectores no sólo sobre personajes públicos como políticos y candidatos… ahora también pone a la vista a sus parejas. Figuras que van volviéndose cada vez más atractivas para la opinión pública y el electorado, sea por curiosidad o por morbo.En un entorno como el de México -donde, como en otros países de América Latina, se ha crecido culturalmente en patriarcados y en medio del machismo-, la presencia de las esposas de los políticos se había mantenido, hasta el siglo pasado, en la esfera de lo privado. Casi siempre dedicadas al hogar y restringidas totalmente de la vida pública, donde sólo se les veía con roles protocolarios y muchas veces, digámoslo, hasta ornamentales.La esposa o compañera suele ser el personaje femenino más cercano al candidato, y en cada contienda electoral se le ve participando más en un esfuerzo por sumar votos para su marido. En algunos casos son figuras familiarizadas con el escenario público porque tienen su propia carrera como artistas, empresarias o hasta influencers, y otras tantas se trata de mujeres con total desinterés por la política y los asuntos de Gobierno, o cuya trayectoria ha sido en otros espacios.Hoy, en ese gran escaparate que son las redes sociales, es más común que ellas sean rastreadas, observadas y evaluadas. Incluso, al calor de las contiendas, señaladas y cuestionadas. Quien camina al lado del aspirante a un cargo de elección también habla de quién es él, y hoy el electorado también obtiene información de quien aspira a gobernar volteándolas a ver a ellas.Pero la presencia de las parejas en campañas no es algo nuevo. En un artículo del New York Times, del año 2000, ya se citaba la participación de la esposa de un candidato para que le ayudara a infundir calidez y color en su imagen. En la comunicación política se han vuelto relevantes estos personajes del entorno íntimo del político y cuando cuentan con una estrategia, un rol definido y se preparan para ello, pueden hacer grandes aportaciones para el posicionamiento y buena percepción de candidatos y también de gobernantes.Partamos de la idea de que los personajes públicos no se hacen solos. Muchos se han construido al lado de personas inteligentes y, particularmente, junto a mujeres que los vienen acompañando durante años. Y no lo digo como algo romántico sino más pragmático, lejos de estereotipos y arcaicos clichés.Este domingo concluye un proceso electoral histórico: el más grande, con 93.5 millones de personas votando en todo el país, y que se desarrollará en medio de una pandemia. Un proceso en el que, además, continúan rompiéndose paradigmas, entre ellos la mayor presencia de mujeres en las candidaturas, así como también en la visibilidad que están adquiriendo las esposas de los candidatos.En algún tiempo libre, valdría la pena echar un ojo a las redes sociales de cualquier aspirante para saber si la gente de su entorno cercano o íntimo tuvo algún rol en la campaña y qué fue lo que nos dijeron…
