Aprovechando que ya el próximo Presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, inauguró ayer la era de las consultas públicas, un grupo de jaliscienses anunciará hoy la suya, como uno de los primeros pasos en busca de que se instituya en México un Consejo Regulador de la Leche, inspirado en el exitoso modelo del Consejo Regulador del Tequila.Hace casi ya 25 años que nació el CRT, la mayoría del tequila que se vendía como tal, en realidad no era tequila. Eran destilados que no eran hechos con agave 100% y por lo tanto no cumplían con la denominación de origen lograda hace 44 años.La vigilancia colegiada que alcanzaron agaveros, tequileros y comercializadores a través del CRT para evitar que se nombrara tequila a bebidas no certificadas, detonó como nunca la industria de la bebida nacional, atrajo inversiones extranjeras, y lo más importante, dio certeza y calidad a los consumidores. Así, en menos de 25 años la exportación de tequila pasó de 40 millones de litros anuales a 211 millones en 2017 y en 2018 se espera superar los 230 millones. Eso provocó que el tequila ya no sólo se vendiera en 40 sino en 120 países, lo que ha fortalecido a todos los que integran esta cadena productiva y colocado a la tequilera como una industria de 25 mil millones de dólares anuales.Lo que pasaba con el tequila hace 25 años, pasa hoy con la leche. Ninguna autoridad hace respetar la Norma Oficial Mexicana a las grandes industrias lecheras, que tienen inundado el mercado con productos que se venden como leche pero que no lo son. Esto provoca que los establos de pequeños ganaderos no puedan colocar cíclicamente su ordeña o que la vendan a muy bajo precio en beneficio de voraces intermediarios, incluida la paraestatal Liconsa. Eso genera desigualdad y pobreza en las comunidades rurales. Pero sin duda lo más grave es el impune engaño al consumidor que no recibe el producto que está pagando. El Consejo para el Fomento de la Calidad de la Leche y sus derivados (Cofocalec) muy poco ha podido hacer para cambiar esta realidad, ya que ni certifica ni verifica.El reto es pues que no se use la palabra leche en productos lácteos combinados ni en fórmulas lácteas como se ha hecho siempre. Tan sólo en el primer semestre de este año se importaron ya casi 181 mil toneladas de productos lácteos y leche, el 64% de la leche en polvo que consumimos. Muchos de estos productos son elaborados a base de sueros, grasas prohibidas en otros países e incluso sustancias químicas nocivas para la salud, sin que nadie verifique su procedencia.Por ello, los integrantes de la organización llamada Alianza Agroalimentaria, que encabeza el ex dirigente cenecista Roberto de Alba, su asociado Hugo Luna y otros dirigentes agropecuarios, junto con el diputado Héctor Pizano, que tomará la creación del CRL como bandera en el Congreso, presentarán hoy las preguntas de la Consulta Ciudadana de la Leche, que iniciarán el próximo lunes. La primera será: ¿Sabías que hay productos en el mercado que se elaboran con grasas y proteínas vegetales, semillas de soya, coco, y almendras y se venden como si fueran leche? y la segunda, ¿Estás de acuerdo en la creación de un Consejo Regulador de la Leche que verifique y certifique que los productos que dicen ser leche en su marca o etiqueta verdaderamente lo sean? Ojalá esté mejor organizada que la del aeropuerto.