"No hay defraudadoŕ que no sea encantador", dice el presidente el Supremo Tribunal de Justicia, Daniel Espinosa Licon.Es cierto. Hoy los defraudadores visten camisa, traje, o tacones, van con su engaño dentro de un maletín, respaldados con una red de lujos, fotografías con famosos, con políticos; van con sus carros bonitos o con sus aplicaciones fabulosas basadas en la tecnología para enamorar los ojos y la ambición de sus víctimas. Se venden en sus redes sociales como ejemplo de una vida aspiracional: autos, camionetas, viajes, comidas y cenas en los restaurantes más lujosos. No es envidia, lo hacen con tu dinero.Operan con el sistema ponzi, que se hizo muy famoso en los años 20 por sustentar una pirámide con base en nuevos ingresos. Si un día la base deja de tener ingresos, los niveles superiores dejarán de tener dinero, y así se irá desbaratando el fraude, por eso funciona mientras las personas siguen entregando su dinero.Lo que hace menos de 10 años eran las "flores de la abundancia, castillos de la amistad, telares o "regalos del cielo por invitación", se convirtió hoy en Yox Holding, AJP, Creso, Green Ocean, ARAS, y muchas otras que aún persisten entre nosotros, y cuyos titulares lo saben.Quienes no lo saben son sus víctimas. Algunas lo hacen porque a todas luces saben que en un banco jamás alcanzarán los rendimientos que les ofrecen, lo cual a todas luces es ilegal, pues no quiere decir que los bancos "se queden" con el dinero de las personas, sino que el interés está relacionado tanto con la sostenibilidad del sistema como con las capacidades de responder a las y los clientes si este llega a quebrar, algo en lo que quizá no piensan quienes están detrás de los ponzi, o quizá sí, pero saben que si esto ocurre solo toman sus cosas y huyen.Jalisco se convirtió en los últimos años en el paraíso fiscal de estos defraudadores, donde "cayeron" incluso políticos, esos que se supone deberían de actuar en su contra.Además de los ambiciosos está también la gente que ignora todo el sistema, que carece de mínima educación financiera, pero al ver que conocidos entraban, y por su invitación (porque recordemos que en los ponzi se da una "comisión" a quienes ingresan nueva gente al sistema), cayeron y depositaron su patrimonio creyendo que de los intereses podrían vivir su vejez o solventar su enfermedad, y muchos de ellos hoy no tienen ni para pagar su renta.De todo ello se aprovechan las y los defraudadores, de los que ignoran, de los que ambicionan, de los que "intentan" evadir a la autoridad financiera queriendo crecer sus ingresos de manera ilegal, al final quienes ganan son los de arriba.Los niveles más bajos siempre tendrán la de perder, pues los "líderes" jamás se van a tentar el corazón ante las necesidades de sus víctimas, ahí el punto de por qué son criminales y deberían ser castigados, pero no eso no ocurre en Jalisco, que en 2023 rompió su récord en cuanto a denuncias presentadas por fraude, con un total de 10 mil 266, es decir, aproximadamente cada 45 minutos se interpuso una querella ante las autoridades estatales por este delito, aunque no hay una sola persona sentenciada por ninguno de los casos recientes.He ahí la importancia de una educación financiera temprana, pues el dinero no se da en los árboles, ni en las redes de "investing", ni en los mecías que ofrecen altos intereses de retorno inmediato. También queda por sentado la necesidad de denunciar para visibilizar el problema, de insistir a las autoridades que ataquen sus redes de operación que hoy suman afectaciones por más de dos mil 400 millones de pesos, casi el 80% de lo que costará el nuevo Hospital Civil de Oriente.