Por Kattia BarrientosEl ser reconocido como parte de la diversidad cultural de una nación es un derecho humano inalienable, asimismo lo es el ejercer su cultura, costumbres y tradiciones en equidad de condiciones. Bajo esta premisa es que nos llega La negrada (2017) del director mexicano Jorge Pérez Solano, quien desde la escena uno nos enmarca este tema al explicarnos en pantalla que negrada es un término despectivo generado verticalmente y que ahora también los negros han adoptado para referirse a sí mismos.De igual forma, La negrada también llega con el estigma de “primer largometraje de ficción mexicano” en referirse explícitamente a los afrodescendientes y rodada enteramente con actores negros y ¿Por qué estigma? Pues esto presupone un “antes y después” muy específico, el cual generalmente destaca más que el filme mismo.La película cuenta la historia de Neri, un pescador con múltiples parejas oficiales, quien reparte los días entre sus muchas familias. Juana, su esposa legítima, tiene un cáncer de hígado muy avanzado y se niega a aceptar que Magdalena, primera amante de Neri, sea su donadora.Rodada en Pinotepa Nacional, zona costera de Oaxaca, las muy bien aprovechadas locaciones muestran al espectador el escaso desarrollo económico de la zona, lo cual finalmente termina afectando y permeando la vida de sus habitantes.Así, Pérez Solano construye su relato gracias a un abanico de personajes con sus propios dramas internos que se juntan alrededor de Neri, patriarca de la comunidad que constituye su familia. Ahora bien, el nulo trabajo de dirección de actores desmerece por completo el filme, pues si bien los protagonistas son actores naturales, estos sólo recitan sin ningún disimulo los episodios escritos por el mismo director.Por tanto, La negrada de Pérez Solano queda en la anécdota de ser el primer filme mexicano rodado con actores negros, pues es claro el director no supo aprovechar el excelente recurso actoral que la comunidad de Pinotepa Nacional le ofrecía. Sin embargo, es digno reconocer su esfuerzo por construir una historia que no es una estampa exotizada creada para visibilizar, pues la comunidad afromexicana necesita que escuchen su voz no que traten de inventar un folleto de su cultura.Esperemos entonces que aparezcan pronto más largometrajes de ficción mexicanos en tratar este tema y mejoren el camino ya cimentado por su antecesora.