Como suele ocurrir en las confrontaciones políticas, antes de los picos del conflicto se abren fases de disuasión y posible negociación. Eso ocurría entre las autoridades de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y el titular del Ejecutivo del estado que encabeza Enrique Alfaro Ramírez.Como atestiguamos, la semana anterior y esta, el conflicto entre los dos grupos políticos más poderosos en Jalisco entró en una fase de mayor intensidad tras la convocatoria a la “movilización más grande de la historia universitaria”, convocatoria a la que el gobierno de Enrique Alfaro reaccionó presionando a los representantes de los poderes públicos, a presidentes municipales y otros actores políticos a definirse a apoyarlo o estar en su contra. Así llegamos a la megamarcha del jueves 26 de mayo que para el grupo UdeG cumplió con su meta de ser la manifestación más grande de su historia y que implica, por lo pronto, un punto de no retorno en el conflicto con el gobierno del estado.Como pudimos atestiguar, antes de la intensificación del conflicto había intentos de negociación entre el gobernador Enrique Alfaro y el rector Ricardo Villanueva para tratar de llegar a un acuerdo. Hubo mensajes públicos de estas negociaciones: el 28 de mayo, el gobernador recibió en Casa Jalisco al rector para hablar de temas de inseguridad en torno a planteles de la Casa de Estudios; posteriormente el 3 de mayo, ambos coincidieron en el Antiguo Hospital Civil al declarar este recinto Patrimonio Cultural de Jalisco.Tras estos encuentros públicos se sucedieron conversaciones en Casa Jalisco en la que trataban de alcanzar un acuerdo que les permitiera anunciar el fin del conflicto, según fuentes universitarias enteradas de las negociaciones. Pero todo se rompió el martes 17 de mayo.Una semana antes, al seno del grupo UdeG se discutía si se continuaba con las caminatas hacia Casa Jalisco o si se convocaba a una megamarcha antes de que concluyera el periodo escolar, pero el rector insistía en continuar con las conversaciones con Alfaro. Las conversaciones estaban estancadas por las condiciones que ponía el gobernador para devolver los recursos a la UdeG y anunciar el fin del conflicto. Entre las condiciones que ponía el gobierno estatal estaban suspender las protestas ante Casa Jalisco, aprobar un nuevo paquete de deuda para financiar las obras de la Línea 4 del Tren Ligero de al menos dos mil millones de pesos más, detener o bajar las críticas a las acciones de gobierno que se hacen desde las comisiones y observatorios de análisis de la UdeG y hacer cambios en el sistema de medios de la UdeG. Al seno del grupo político de la UdeG que discute y decide estas cuestiones, varios consideraron inadmisibles las exigencias. Especialmente el tema de aprobarle un nuevo paquete de deuda al gobernador. La fuente consultada reveló que al plantearse este tema, Mara Robles, diputada de Hagamos, amenazó incluso con renunciar a la Legislatura si se le imponía aprobar la deuda. Pero la recompensa ofrecida por el gobierno de Alfaro era tentadora: no se ofreció devolver solo los 140 millones de pesos (MDP) del Museo de Ciencias Ambientales sino dar mil millones de pesos más a la UdeG, de los cuales la mitad sería al presupuesto irreductible. Pero el diálogo no salió bien la mañana del martes 17 de mayo en Casa Jalisco, pues cuando el rector Villanueva le explicaba que no aceptarían aprobar la deuda, entre otras cosas porque los universitarios consideraban que el gobernador estaba siendo engañado por el presidente Andrés Manuel López Obrador con el financiamiento de la Línea 4 a Tlajomulco, Enrique Alfaro explotó y le dijo que él solo confiaba en él, le mentó la madre y de paso le pidió llevarle una mentada a Raúl Padilla López. El rector no alcanzó a escuchar todos los insultos que salían de la oficina del gobernador, pues ya sabía que si su contraparte explotaba, él se tenía que levantar y salir. Tras el fracaso de esa reunión, que implicaba el fin de las negociaciones, Ricardo Villanueva encabezó el acto de toma de protesta de los directores de bachillerato en el Paraninfo y tras ese evento, salió a las escalinatas del edificio Administrativo de la UdeG y convocó a la megamarcha del pasado jueves. Lo demás ya lo sabemos. El grupo UdeG rechazó las condiciones que proponía Enrique Alfaro para llegar a un acuerdo. Por eso los discursos en la manifestación del jueves de que este conflicto ya no es sólo por los 140 MDP del museo. La ruptura de las negociaciones apunta a una intensificación del conflicto entre el grupo de la UdeG y el grupo de poder que encabeza Alfaro, al menos en lo que resta de la actual administración. Por lo pronto, después de la megamarcha del jueves, ayer viernes la UdeG reanudó las caminatas hacia Casa Jalisco. Estudiantes y profesores del CUCBA exigieron respeto a la autonomía y al presupuesto universitarios. El conflicto va para largo. rubenmartinmartin@gmail.com