Mi padre me contó que la tía Lupe anda muy preocupada porque AMLO quiere prohibir los nacimientos del Niñito Dios junto con la Navidad y las peregrinaciones como la Romería de la Virgen de Zapopan. -Le llegaron unos guatsaps y anda muy angustiada. No le di mucha importancia hasta que el miércoles Jaime Andrade, director de los Hospitales Civiles, convocó de emergencia a medios para desmentir un video viral que denunciaba el desmantelamiento de una capilla en uno de los hospitales. Se trataba, aclaró el director, de una grabación vieja de un nosocomio en Campeche. En los Civiles los oratorios permanecen íntegros. Me puse a indagar el origen de la psicosis. Y está relacionada con esta historia. En diciembre de 2020, Miguel Anguas, un joven abogado y activista de Yucatán, se amparó contra la colocación de tres nacimientos navideños en los ayuntamientos de Mérida, Chocholá y Mocochá. Señor Juez, demandó el litigante, esos nacimientos colocados con dinero del erario, en el espacio público, violan el Estado laico. También me discriminan porque ni católico soy -todos coludos o todos rabones-, y afectan mi libertad de conciencia y religión porque ninguna autoridad me puede imponer un credo, en este caso el católico, aunque sean mayoría. Ese Niñito Dios en su pesebre, señor Juez, es anticonstitucional. Tras superar varias instancias en tribunales, el tesón de Miguel dio frutos dos años después. El amparo llegó a la Primera Sala de la Corte con el ministro Juan Luis González Alcántara, que preparó un proyecto de sentencia que se iba a discutir el miércoles, pero creo que le dio frío, y pospuso la sesión sin agendar nueva fecha. En su proyecto de sentencia, el ministro eligió un centenar de palabras impronunciables, el doble de tecnicismos y abstracciones inconcebibles para la mente mortal, y resolvió más o menos esto (traducción):Querido Miguel: tienes toda la razón. El uso de dinero público para colocar nacimientos navideños en Chocholá vulnera el Estado laico, tus derechos a la igualdad y no discriminación, y tu libertad religiosa. Por eso ordeno al alcalde que se abstenga de colocar en espacios públicos cualquier símbolo que aluda a una convicción religiosa; también le prohíbo que use dinero público para tal fin y que vea la manera de promover la libertad religiosa para que con esto se repare el daño que te ocasionaron. Como mencioné, la sesión se pospuso, pero eventualmente se discutirá el proyecto de sentencia, seguramente a favor de Miguel. ¿Esto significa que la Corte prohibirá todos los nacimientos con el Niñito Dios? De ninguna manera. Tampoco prohibirá la Navidad, el culto a San Judas Tadeo y la Virgen María, las posadas, las romerías, las peregrinaciones, los altares y los oratorios como dice el video que me mandó la tía Lupe con un cierre dramático que reza: “Oremos, pues esta batalla no es sólo contra hombres sino contra demonios”. Ese amparo obtenido por Miguel sólo lo protege a él y prohíbe al Ayuntamiento de Chocholá instalar nacimientos con dinero público. Nada más. En su ámbito privado, cualquiera puede colocar símbolos religiosos. ¿Qué sí podría pasar? Que con este precedente, más ciudadanos se amparen para que la autoridad se abstenga de colocar símbolos relativos a alguna religión y mucho menos con dinero público. La Conferencia del Episcopado Mexicano ha expresado su preocupación de que las cosas sigan esta ruta y se amplíen las prohibiciones, un temor en mi opinión infundado aunque legítimo. La Romería de la Virgen de Zapopan es una libre manifestación de un grupo religioso en donde el Estado garantiza la seguridad, pero no invierte dinero ni la promociona, por eso ningún ministro va a prohibirla. Lo mismo que multitud de manifestaciones religiosas. Espero que esto aclare el asunto y deje un poco más tranquila a la tía Lupe. jonathan.lomelí@informador.com.mx
