Casi ningún Presidente se ha aguantado las ganas de manosearla. En el periodo de Álvaro Obregón, en julio de 1921, le metieron mano por primera vez. La última, en la era Andrés Manuel López Obrador, fue hace dos semanas. Por eso con 107 años puede decirse que ha visto de todo. La Constitución Política Mexicana se ha reformado 770 veces en diversos artículos desde 1917. De 136 ordenamientos sólo 19 se han mantenido intactos. Busqué alguna reforma promovida en 1982, año de mi nacimiento. Encontré que en el periodo de López Portillo se modificó el artículo 73 constitucional para establecer que “el servicio público de banca y crédito será prestado exclusivamente por el Estado y no será objeto de concesión a particulares” (ya llovió). En 1928 se modificó la Carta Magna para ampliar el periodo presidencial de cuatro a seis años. El 1933 se estableció el principio de no reelección. En 1947 se incorporó el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. Pero hasta 1953 se incluyó de manera expresa a “las mujeres” como ciudadanas de la República y se suprimió el precepto constitucional que restringía su participación sólo en elecciones municipales. En 1980 se dotó de autonomía a las universidades. En 2011 se reconocieron a nivel constitucional los derechos humanos y se obligó al Estado a cumplir los tratados internacionales de los que México es parte. Todos fueron cambios trascendentes y positivos para nuestra sociedad. Antes del año 2000, el Presidente era el gran legislador constitucional, pero esto cambió con la alternancia democrática. En los últimos 24 años se aprobaron 106 reformas constitucionales de las cuales sólo 56 las propuso el Ejecutivo Federal. Fox mandó 17 iniciativas y le aprobaron sólo seis (35%); Calderón envió nueve y le aprobaron cinco (55%). Peña propuso 20 y pasaron 13 (56%). AMLO ha enviado 10 y le han aprobado cinco (50%). Entre propuestas del Ejecutivo Federal y el Legislativo en el sexenio foxista se reformaron 31 artículos; con Calderón 110 artículos; con Peña 156 artículos (ha sido el más reformista) y el sexenio de AMLO acumula cambios a 64 ordenamientos. Este lunes López Obrador anunció veinte iniciativas de reforma a la Constitución, el número más grande presentado por un Presidente en un solo acto desde 1917. Entre los temas destacan reformas en el ámbito electoral, Poder Judicial, pensiones, eléctrica, salario mínimo, Guardia Nacional, programas sociales, maltrato animal, organismos autónomos, drogas y revocación de mandato. Desde una perspectiva histórica, los cambios a la Constitución Política de México responden a la necesaria adecuación entre la norma y la realidad. Cada sistema político y cada época ha intentado empatar esos dos ámbitos que, como nunca, me atrevo a decir, habían estado tan separados uno del otro. Ojalá nuestra clase política tenga la capacidad para adoptar y desechar, al margen de filias y fobias partidistas, lo que realmente necesita la pluralidad de méxicos que somos y lo que no. Porque tan equivocados están los que desacreditan a priori las veinte propuestas de reformas constitucionales de AMLO como el Presidente que asegura que sólo así salvará al país. Ojalá el oficialismo y la oposición entiendan la insignificancia y la trascendencia de su papel en 107 años de historia constitucional. jonathan.lomeli@informador.com.mx