Ojalá que el domingo cuando llegue a Palacio Nacional la Caminata por la Verdad, por la Justicia y por la Paz, el Presidente Andrés Manuel López Obrador rectifique, haga a un lado la soberbia y finalmente reciba personalmente a los dirigentes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia y Adrián LeBarón, quienes partieron el jueves de Cuernavaca, Morelos con destino a la Ciudad de México.El cuidado de la investidura presidencial que puso como pretexto para no recibirlos y enviarles a los titulares del gabinete de seguridad para que los atiendan, se dañará más, en todo caso, si evade el encuentro.Es lo menos que puede hacer luego de que su primer año de gobierno pasara a la historia como el más violento desde que se tiene registro con casi 5 mil desapariciones y los 35 mil 588 homicidios ocurridos en el 2019, y que casi iguala en número a las muertes violentas ocurridas en Siria, este país del Medio Oriente que está en guerra.Mal se verá el Presidente, si sigue pensando que hablar del dolor de las víctimas de la delincuencia es sólo un “show” y un “manejo propagandístico”, y se resiste a escuchar críticas a su política de seguridad que a todas luces no está sirviendo para cumplir su principal promesa de campaña de pacificar al país.Para honrar el dolor y el luto de todas las familias de estos más de 36 mil muertos, AMLO debe prestar atención a las propuestas que en materia de seguridad le quieren presentar estos colectivos. Insisto, lo menos que el Presidente puede hacer ante este desastre, es escuchar y dejarse ayudar.Pero ante la crisis de severa violencia e inseguridad que padecemos en México desde hace más de una década se deben explorar todas las posibilidades para que el Estado recupere el control y someta a las mafias delincuenciales que lo desafían todos los días y hasta lo doblan. (Basta recordar el Culiacanazo).Por eso también en el Poder Legislativo están obligadas todas las fuerzas políticas, a revisar lo que no ha funcionado del Sistema de Justicia Penal Adversarial, impulsado en 2008 en el sexenio del panista Felipe Calderón y que luego de miles de millones de pesos invertidos en su implementación gradual, se decretó que entrara en vigor en todo el país el 18 de junio del 2016 ya en el sexenio del priista Enrique Peña Nieto.Está en puerta un paquete de nueve iniciativas en el Congreso, a casi tres años y medio que terminó este plazo de ocho años, para tratar de fortalecer y corregir procesos en el ámbito de la procuración, impartición de justicia y la ejecución de sanciones.Hay muchas voces que advierten que son propuestas de mano dura y que implican muchos riesgos de retrocesos y tentaciones autoritarias del pasado. Desde luego que habrá que estar atentos a ello, pero el debate debe ser bienvenido porque este modelo al que se le apostó todo, como está operando, está muy lejos de contribuir al combate de la corrupción y la impunidad, y a la pacificación del país como se esperaba.jbarrera4r@gmail.com