La más reciente crisis de migrantes en busca del ‘sueño americano’ fue hace dos años (la anterior fue en el 2014), cuando la Patrulla Frronteriza de Estados Unidos en el año fiscal detuvo y deportó a casi 260 mil personas, al implementarse severas medidas de vigilancia en la frontera con México. Y el efecto de guardia fronterizo se siguió hasta la frontera mexicana con Guatemala, cuando nos convertimos en policías de la administración estadounidense para detener a miles de centroamericanos, que vieron truncado el viaje en el sur de nuestro país.Ante las medidas la migración disminuyó, pero hoy, alentados por un presidente que ve con otros ojos el problema migratorio, ha provocado que se creen falsas esperanzas y la corriente de migrantes a la frontera mexicana crece nuevamente.En la medida que ‘a cuenta gotas’ empiezan a recibir a quienes han estado varados -ya por años- en la frontera a la espera de una cita para solictar el asilo, miles de nuevos migrantes llegan tambien a pedir el acceso. De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, durante febrero se detuvieron a nueve mil menores de edad -sin contar a los adultos-, 50 por ciento más que el mes anterior.Hoy lunes. los presidentes López Obrador y Biden sostendrán un segundo encuentro que será virtual (el primero fue en enero vía telefónica). Obvio, el tema principal a tratar es el de comercio -como principales socios que son-, además de la seguridad, narcotráfico, tráfico de armas, cambio climático, ayuda para la pandemia, la recuperación económica y por supuesto la migración. Sobre este último tema López Obrador dijo el sábado plantearle a Biden la implementacion de un Programa Bracero, argumentando “Ustedes (Estados Unidos) van a necesitar para crecer, para producir, trabajadores mexicanos y centroamericanos... Según mis cuentas, la economía estadounidense va a necesitar entre 600 mil y 800 mil trabajadores por año, que no los tiene a pesar de la automatización. Entonces, es mejor que lleguemos a un buen acuerdo”.El tono de la propuesta, como lo planteó, “según mis cuentas” y “...es mejor que lleguemos a un buen acuerdo”, no suena nada diplomático -medio amenazante- y poco realista ante la sigtuación en que se encuentra el mandatario estadounidense. Biden tiene encima el problema de la pandemia, la reactivación económica, la confirmación de su gabinete para trabajar de forma regular, una nación dividida políticamente y la propuesta de una reforma migratoria para 11 millones de personas que ya son parte de su economía. Es ilusionario e imposible proponer en estos momentos un Programa Bracero.Por el momento la urgencia es resolver el origen de un problema regional (México y Centroamérica), que provoca la corriente de migrantes que por cientos llegan todos los días a ambas fronteras (norte y sur), que a los Estados Unidos no van a tener acceso y que en México van a generar un grave problema social. ¿Usted, qué opina?
