Hay dos limpias que han funcionado recientemente en el club Guadalajara y una se realizó en el último semestre y que hoy tiene a las Chivas en el primer lugar de la Liga MX, con un funcionamiento envidiable y recuperando jugadores que parecía ya habían dado todo.La primera gran limpia sucedió recién llegó Matías Almeyda a Verde Valle, donde luego de tratar un tiempo con sus pupilos se dio cuenta que había jugadores que ejercían demasiado poder sobre la plantilla, misma que estaba conformada por muchos jóvenes.Omar Bravo, Carlos Salcedo, Jorge Enríquez e Israel Castro fueron algunos de los jugadores que poco a poco se fueron yendo del gusto de Matías, quien pese a que decía que tenía buena relación con todos, él notaba quienes no hacían grupo, unos por su manera de ver a los compañeros y otros por ser unos provocadores de malos vicios para otros, ahí usted saque sus conclusiones de cuál es cuál.Bueno, después de esa limpia Chivas comenzó a despuntar y la historia ya la conocemos todos, el “Pelado” ganó lo que quiso y llevó a los rojiblancos a la estrella 12, para después ser despachado por ponerse del lado del grupo, dejando en claro que la unión fue algo que le dio fuerza al club.Pues ahora José Saturnino Cardozo hizo lo mismo y le está funcionando, todavía es muy temprano para comparar al nivel de Almeyda, pero los números hablan por sí solos.El “Diablo Mayor” dejó ir a Edwin Hernández y Carlos Salcido, quienes ya no iban en sintonía con los chavos y que eran los más difíciles de trabajar, que como ya les había comentado, se unen en dos grupos, los de Isaac Brizuela (los calmados y familiares) y los de Alan Pulido (de más ambiente), pero que ambos se llevan bien, logrando un gran grupo y para muestra lo sucedido en el partido ante Toluca.Muy emotivo resultó cuando Pulido festejó el gol, al igual que todo el plantel, junto a Raúl Gudiño, luego de que su mujer perdiera prematuramente a su bebé. Tragedia que unió más al equipo en torno del guardameta, quien de paso se lució y dedico el juego hasta al cielo.Por cierto, bien dicen que hay lesiones que arreglan alineaciones y ahora las Chivas no extrañan a Michael Pérez, ya que han visto en Fernando Beltrán a un gran contención, no sólo un pica piedra, sino alguien que sabe salir de apuros y desahoga casi siempre hacia adelante, algo digno de aplaudir.