Esta irrupción viral nos ha traído muchos temas a reflexionar, no puedo dejar pasar la idea de retomar a los niños como responsabilidad de los adultos ¿a qué me refiero?Parecía que la escuela, además de ser un centro de enseñanza, se convirtió en una especie de guardería y de empeño para dejar nuestra responsabilidad, en manos de otras personas, y así no tener que cumplir con la monserga de hacerlo nosotros mismos.Pero el astuto maestro, COVID-19, cerró las aulas de clases y mandó a su casa a todos los alumnos, para que ahora sí, ellos los atendieran de todas todas 24/7. Ohhh sorpresa, a muchas mujeres les quitó la tranquilidad matutina y las enfrentó con la, pasmosa, sensación de no saber qué hacer con ellos, sin poderlos mandar a ningún otro lado que tenerlos frente así, cara a cara.Qué maravillosa, poesía, un encanto que acabó por provocar un gran desafío para muchas parejas ¿Qué hacer con nuestros hijos? Ahora sí que no había de otra sopa, o le entraban o le entraban. A inventar recursos diversos, para entretenerlos, hasta se revivieron los viejos juegos de mesa, ya arrumbados en la prehistoria del museo familiar, en el fondo de algún closet.Pero sobre todo descubrir que ya muchos padres de ahora, no estamos entrenados para cumplir con semejante tarea. Y para los más privilegiados, sin tampoco contar con el usual servicio doméstico, que por evidentes razones también se ha quedado en casa, enfrentando sus propias e ilustres epopeyas del hogar.Hay una gran revolución en esto, los niños necesitan ser más atendidos por sus padres y volver a una estructura de más convivencia y solidaridad familiar. Mucho trabajo y compromiso social, han alejado a los adultos de gozar del afecto, la ternura y de ser testigos cotidianos del crecimiento de sus adorables creaturas.Es tiempo de repensar la educación en el hogar, es la mejor y más importante aula de clases.