Atlanta, Estados UnidosCada año, en medio de las celebraciones y los preparativos del Super Bowl, se realiza un evento llamado “NFL Experience”. Es un espacio enorme en donde los fanáticos de la Liga pueden disfrutar de dinámicas que los hacen sentir, por un momento, parte de su deporte favorito.Niños de todas las edades corren entre obstáculos, lanzan balones -después de revisar que la presión sea correcta- hacia blancos colocados estratégicamente. No necesitan un premio, pero lo hay: chocolates, balones, toallas, todo lo que los patrocinadores puedan pensar.Más allá de que tienen que pagar entre 20 y 40 dólares para ingresar al evento, está claro que para muchos de estos niños el futuro es la NFL.Los ilusiona ver el jersey de su equipo favorito, jalan a su papá o mamá de la mano para que los acompañen a ver los anillos del Super Bowl que se encuentran en exhibición. Para muchos, la Liga de futbol americano es mucho más que un deporte. Es un sueño, una aspiración y un estilo de vida.Mientras estaba en el evento que se celebra en el Centro de Convenciones de Atlanta, un pequeño ataviado con su jersey de Victor Cruz llamó mi atención. Cerca de tres años de edad, con un chupón en la boca, con dificultad para dar más de dos pasos sin caer, el niño participó en una dinámica en la que tenía que correr, o en su caso caminar, 40 yardas. Al llegar a la línea final, comenzó a “bailar” salsa, como lo haría el receptor. Caminó por los pasillos del lugar y encontró el “locker” de los Giants de Nueva York. Se tiró al piso con una sonrisa, mientras apuntaba a los colores azules y rojos con los que estaba decorado el casillero. El chupón rodó por el piso, pero no le importó.Así es la ilusión de este deporte, uno de los mejores del mundo y en la casa de los Falcons hay muchos fanáticos que esperan ser el futuro de esta Liga.