Hace mucho tiempo que bulle en mi mente este tema y pienso que la grandeza humana tiene muchos renglones, varias aristas y que se consigue por diferentes caminos.Es un hecho incuestionable, todos queremos ser grandes, todos deseamos un desarrollo intelectual, científico, sociológico que nos ubique en un lugar social preeminente.Es un hecho, queremos reconocimiento, aprecio, y satisfacción y sobre todo ser felices.Yo quisiera hoy contarte un cuento, pero ya Cristo Jesús dijo bien claro que lo mejor, lo que nos puede dar alegría y felicidad, más que ninguna cosa de este mundo, está en cada corazón.En la actualidad nuestro presente nos presenta una panorámica tan confusa que no se sabe si de verdad el estudio es un privilegio o un trampolín para escalar lugares excepcionales.Si hoy por hoy la juventud estudia y quiere un título no precisamente para saber más, para poder servir mejor ni para ser mejor.La mayoría de los estudiantes que tienen la oportunidad de matricularse para obtener un título universitario buscan cuál es la carreara más productiva, la que deja más dinero con menos esfuerzo.Muchos jóvenes ignoran que cada persona ha nacido con un regalo de Dios, que si lo reconoce y lo hace fructificar, va a ser su don con el cual podrá desarrollar sus habilidades y llenar de alegría todo su ser.En la actualidad habría que enseñar a desarrollar habilidades tanto manuales como artísticas, y luego empeñarlas en hacer algo bueno en favor de los demás.Ya en nuestro mundo vemos los desastres que está causando la ambición, el deseo de poder, el afán de dominar…Los medios modernos de tan avanzada tecnología, no siempre nos están sirviendo para mejorar, a veces apoyan el chisme o las pedradas virtuales, que duelen tanto como las de verdad.También se utilizan para difundir chistes, que aunque a veces hagan reír, también frecuentemente son de mal gusto y dan mal ejemplo a los pequeños.Por eso, hoy mejor que otra cosa, en vez de seguir abundando en un tema tan sensible, hagamos una oración a nuestro Padre Dios: