Para este artículo procuré escribir sobre algo diferente. Estoy a dos días de cumplir 25 años y me tomé unas horas para reflexionar sobre lo que ha sido y lo que viene a nivel tecnológico en el país. Se habla mucho sobre los millennials y sobre la “generación z”, pero pocas veces nos detenemos a analizar las implicaciones de pertenecer a un grupo o a otro. Tengo como propósito en un primer momento establecer a qué años pertenece cada grupo para posteriormente hacer un breve análisis sobre un gran reto que se acerca. Hay diferentes datos para delimitar a qué años pertenece cada generación. A grandes rasgos podemos aterrizar que la llamada Silent Generation comprende a aquel que haya nacido entre 1930 y 1948, los Baby Boomers a aquéllos que nacieron entre 1949 y 1968, la generación X de 1969 a 1980, la generación Y (o millennials) entre 1981 y 1993 y finalmente la generación Z entre 1994 a 2010. Estas olas generacionales resultan interesantes de analizar debido a que comprenden años de conflictos bélicos, la transición hacia la paz y la explosión demográfica, al inicio de la digitalización, hasta la expansión masiva del internet. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al día de hoy hay 30 millones de millennials en México. Este número representa casi una cuarta parte del total de la población. Hoy, ya son la mayoría de la fuerza laboral del país y se estima que dentro de tres años conformen el 75% de la fuerza laboral mexicana. Esto significa que la relevancia de los millennials para las decisiones laborales va en aumento y cada día se incorpora más con la Generación Z. Sin duda alguna, el contraste más fuerte entre una generación y otra son los avances tecnológicos. Con esto me encamino a que para bien o para mal cada día se automatizarán más los procesos cotidianos y los trabajos. La gente tendrá que esforzarse menos porque la tecnología cada día hará más. Según varios estudios, algunos de los trabajos que se espera desaparezcan conforme vaya creciendo la inteligencia artificial son los taxistas, cajeros, carteros, árbitros y telefonistas. Nuestra dependencia hacia la tecnología aumentará al grado que los sistemas de seguridad y control social sean completamente automatizados. Esto implica que gradualmente se estará deshumanizando a las siguientes generaciones y que el mayor reto será llegar a un punto de armonía entre la humanidad y la inteligencia artificial. Este es un aspecto que nunca hubiera cruzado la mente de un miembro del Silent Generation ya que sus preocupaciones de sobrevivencia eran otras. Los cambios generacionales y sus retos varían enormemente. A nosotros y a los que vienen nos toca crecer en armonía con la tecnología y evitar deshumanizarnos.