En una de las más desangelada, costosa, absurda y mentirosa elección que yo pueda recordar, la gente común, esto es la que no está chupando de la ubre pública, verdaderamente está agobiada entre millones de insulsos anuncios y que para mi no tiene nada que ver ni con democracia, ni con interés popular, la realidad es que esto es tan sólo un reparto de fondos por una entidad casi delictiva denominada INE, con una terrible banda adjunta, que le ayudan a gastarse los fondos públicos.Lo que me hace recordar lo que Ambrose Bierce definía la política como “ la actividad preferida de las partes más degradadas de nuestras clases delictivas”; pero, como toda generalización, incluso ésta, son absurdas, pues digamos que a todo lo anteriormente habremos de adjetivarlo como mayoritariamente realizada, lo que servirá para excluir a los que digan, si los hay, que no les viene el saco.Pero no siempre el fenómeno electoral fue así, vamos, gratis nunca ha sido, siempre ha sido negocio, aunque no en los niveles de locura que vivimos. No soy tan masoquista para haber visto el debate, no doy para tanto, pero de los ecos del mismo, lo único trascendente me parece fue que ante la necesidad de llamar la atención un tipo apodado el “Bronco” propuso cortar las manos a los rateros, lo que a mí y a muchos llamó la atención y a mí la duda de ¿cómo señalará, el tal Bronco, a los futuros mancos? ¿Con la mirada? Debe tener una mirada muy pesada y será conocido en el futuro como el manco señalador.Aunque presentan como novedosas las candidaturas independientes, las había, sólo que sin presupuesto; eso me hizo recordar el caso de Pantaleón, el famoso “Panta”, que cuentan sucedió en la risueña población de Sayula, en la Provincia de Avalos y que me la contaron así: Resulta que el buen Pantaleón era nada más ni menos que un borrachín del pueblo, necesario para la existencia de la población, ya que toda población que se respete merece, cuando menos un borracho profesional; lo que sucede es que este acto tan necesario para la vida social, no lo es para los gobernantes que salvo los gorjeos que a su menda hacen, las autoridades odian cualquier manifestación de alegría que no constituya elogios para ellos y meten al bote a los borrachos pobres, por el sólo hecho de serlo.Por eso Pantaleón, cariñosamente apodado como “Panta” decidió, que el único vicio que le faltaba era entrarle a la política y decidió lanzarse de presidente municipal, Alcalde, les gusta decir ahora, e inició la campaña, con una sola promesa de campaña. Si él ganaba ningún borracho iría a la cárcel. Y con esa promesa triunfó en las elecciones.El día de la toma de posesión “Panta” se encontraba rodeado de barberos que lo elogiaban; no tardo en caer detenido el primer borracho, el que seguro de la promesa del presidente, se encaró con éste y le espetó: “Panta”, yo soy tu amigo y “Panta” le contestó: “Panta” no tiene amigos.La única verdad.DR