El pasado fin de semana visitó Guadalajara uno de los aspirantes presidenciales del Frente Amplio por México, Enrique de la Madrid. Como todo aspirante, aseguró que su esfuerzo está obteniendo frutos y afirmó también que en sus recorridos por el país encuentra que hay efervescencia política a favor de la alianza entre partidos. Pero lo que más llamó la atención del columnista fue su evidente preocupación por el principal reto para él y todos sus compañeros de aventura: reunir 150 mil firmas a más tardar el 8 de agosto.Este requisito luce poco menos que insuperable para algunos personajes del Frente Amplio: Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles y el mismo De la Madrid Cordero.Es más, bien se puede dudar de que tres de los aspirantes consigan las firmas.Hay quienes dan por hecho que Xóchitl Gálvez Ruiz, dada la fama de que ha gozado en el último mes, sí logrará ese masivo apoyo, pero incluso puede cuestionarse que Santiago Creel y Beatriz Paredes, por más que tengan estructura en diferentes puntos del país, logren las firmas.Hay un hecho que se ha consignado desde hace algunos años: las redes sociales se han convertido en espacios de profunda y amplia discusión; las opiniones se exponen y se confrontan. La presencia de mensajes, de respuestas y posturas se multiplican vertiginosamente, pero a la hora de las acciones, de la participación personal, la mayor parte de esa presencia desaparece.Los ejercicios democráticos exigen mucho más que algunas frases, fotografías o videos compartidos desde un teléfono inteligente o una computadora.No se trata de una regla científicamente, ciertamente, pero el fenómeno se presenta lo mismo en México que en otros lugares del mundo.En la certeza de esto, y seguramente con la información que están recibiendo de los responsables de los registros en el sitio web, los aspirantes ya “sienten pasos en la azotea”.Adicional a esto, el Frente Amplio por México se ha visto obligado a sortear la aguda campaña de desacreditación que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de su proyecto. Aunque el Instituto Nacional Electoral (INE) ha levantado tímidamente la voz para indicarle al presidente que no puede intervenir en los asuntos electorales, él ha encontrado algunas salidas creativas para mantener su crítica y descalificación. ¿Hasta dónde le ha funcionado? Es un porcentaje que todavía está por medirse.Salta a la vista, dicho sea de paso, que para las dirigencias de PAN, PRI y PRD ha resultado cómodo que la andanada de ataques y acusaciones presidenciales se dirija mayormente a Xóchitl Gálvez. También para ella el reto de las firmas y resistir los embates de Palacio Nacional, le van a reclamar mucho más que ánimo y comunicados en redes sociales. Por lo pronto, ya se presentó en la Fiscalía para exigir acceso a las supuestas carpetas de investigación que se hayan abierto en su contra tras las acusaciones presidenciales de enriquecimiento ilícito y contratos ilegales con autoridades de los tres niveles de Gobierno.No le informaron de nada.Pero el impacto del mensaje presidencial está haciendo efecto y al tiempo que se habla a favor de ella, también se le menciona negativamente.Será una semana compleja para los aspirantes del Frente Amplio.