Imaginemos a Vicente.Es un padre de familia que llega por la noche a su casa.Encuentra a sus tres hijos acostados y ya dormidos.Todos en una misma habitación y se calientan en estos días de frío con un anafre que consume brazas de madera vieja.Vicente ve a sus hijos.Esta noche tampoco ha conseguido nada para que sus hijos coman. Pero esto ha ocurrido igual ayer, antier y desde hace varios días.Además, se ven muy pocas posibilidades de que mañana o en unos días haya algo.No habrá qué comer en esta casa durante un tiempo.Vicente, al igual que miles de padres de familia en México vive en condiciones de pobreza.Forma parte de esa estadística que habla de más del 50 por ciento de mexicanos que sobreviven miserablemente.Y Vicente no puede aspirar a mucho, no conoce mejores condiciones, su padre y su abuelo vivieron igual; nacieron pobres, vivieron pobres y murieron pobres.Es como el ejemplo budista del ciego de nacimiento que no extraña la luz porque nunca la conoció.Por supuesto que este ejemplo de Vicente es totalmente hipotético porque cuando hablamos de esa mitad de mexicanos en condiciones de pobreza reconocemos que ahí ya se reventó cualquier cohesión familiar, se atomiza la composición social, y tanto los hijos como el papá y la madre hace rato que jalaron cada quien por su lado con la idea de sobrevivir.Y sexenio tras sexenio hemos escuchado la misma historia, las mismas, intenciones, siempre señalando que se habrá de terminar con la pobreza.Y nada.Lo único que cambia es el nombre de los programas para combatirla.Pasan los gobiernos, se enriquecen ilícitamente los gobernantes en turno y Vicente y millones de hombres, mujeres y niños apenas sobreviven en esas condiciones de pobreza.A la par, aumenta el descrédito de México como país honrado porque los indicadores para medir la corrupción como el Índice de Percepción de Corrupción 2021 dado a conocer apenas esta semana sigue señalando a México de reprobado para abajo.Aumenta la pobreza y aumenta el Índice de Corrupción.Vaya Paradoja.Y si los gobiernos priístas y panistas quedan reprobadísimos por no haber podido revertir la situación, la famosa 4T de López Obrador queda peor porque su discurso siempre fue Primero los Pobres y sin embargo a pesar de que se succionaron los recursos a cantidad de dependencias ese dinero no está llegando a los pobres y no les está ayudando a mejorar su situación.Y es entonces cuando la 4T se vuelve cruel, porque ha hecho creer a los pobres que genuinamente trabajaría por los más desposeídos y no sólo no lo ha hecho, sino que los presupuestos los ha quitado de todas partes para destinarlos a tres fantasías innombrables como Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya, y por supuesto que buena parte del dinero se ha ido quedando en el camino en bolsillos color morado.Cuánta crueldad contra una clase históricamente castigada.platapi@hotmail.com