Guadalajara, Jalisco, a 18 de octubre de 2022.Mi no tan estimado Adán Augusto:Usted me ha dirigido un mensaje a través de medios de comunicación nacionales. La cortesía me obliga a darle una respuesta.No pienso contestarle con ofensas ni mentiras. Es más, ni me voy a extender mucho, porque como usted comprenderá, el delicado e importante cargo de Gobernador Constitucional de Jalisco absorbe todo mi tiempo sin descansar ni aun por las noches.Entonces, vámonos por partes…¿Así que pensar en Jalisco es pensar en baños de sangre? No, mi querido Adán Augusto: acá estamos por debajo de la media nacional en homicidios, asaltos, robo a negocios, a casa habitación y hasta en el índice de quejas por desabasto de salchipulpos.Y eso nos blinda de todo. De todo, dije.Por muy secretario de Gobernación que sea, la verdad es que le falta barrio. Si en serio quiere hablar de baños de sangre, échele un ojo a los estados que gobierna Morena: su partido. Porque allá, a diferencia de nuestro Jalisco lleno de folclor y pueblos mágicos, matan más gente por cada 100 mil habitantes. Y eso es importantísimo para nosotros, quienes sabemos más de números que de víctimas.¿Qué no sabía eso? Maestro, me extraña. Usted es el segundo al mando en este Titanic de tres colores que circula entre icebergs de narcos y desestabilizadores de proyectos. Usted nos pasó la estadística que, a su vez, nosotros le entregamos porque… ¿pues de dónde más iba a sacarla?Mire: lo cierto es que se manchó. Se atrevió a meterse con el Estado que dignifica al país, con la Entidad líder en generación de empleos, con la locomotora del desarrollo económico, la cuna de la torta ahogada y el tequila y sede del cártel Nueva Gen… una Entidad muy bonita, quise decir.Tenemos nuestros problemas, sí, pero esos problemas desaparecen cuando nos vamos a la mágica estadística: esa que transforma las tragedias en números. Y en esos números de los que le hablo, por supuesto que vamos a la baja.Cheque usted esto: Jalisco es lugar 26 en feminicidios, con corte a septiembre. Antes de hablar de violencia, piense en Colima, donde Indira Vizcaíno le puede tratar de explicar su primer lugar. O Campeche, donde Layda Sansores se lleva el cuarto. O Veracruz, donde Cuitláhuac García está en el séptimo. Todos, seguro sabrá, son gobiernos de Morena.Y en asesinatos, qué le cuento. Justo esta semana, su proyecto de nación nos reconoció una baja en homicidios dolosos que se ha mantenido durante los últimos tres meses. ¡Que alguien le avise!Así que, cuando quiera hablar de Jalisco y sangre en la misma frase, piénselo dos veces, porque en este concurso en el que usted, Andrés Manuel y yo hemos convertido la tragedia de un México bañado en violencia, yo salgo ganando y ustedes perdiendo, porque, como ya le dije líneas arriba, estamos por debajo de la media nacional.Y eso: estar por debajo de la media nacional, es lo que más importa. Porque mientras usted llena de grilla la seguridad, yo me encargo de que nos bendiga el Papa y que la estadística que me interesa se vaya hacia abajo, aunque a las familias de las víctimas de poco o nada les signifique ese indicador. Aunque en esta tragicomedia mexicana sea más importante concursar por ver quién tiene menos. Aunque a veces sí y a veces no nos toque. En conclusión: con, sin y a pesar de ustedes, Jalisco tiene rumbo y futuro.Así que ya lo sabe: el futuro es naranjDIGO: con sudor, esfuerzo, señalamientos en contra de mi jefe de gabinete, balaceras en puntos de alta concentración de personas, huelgas de hambre afuera de mi casa y una altísima percepción de inseguridad en las calles, aun así: en Jalisco vamos ganando.Espero, señor secretario, que calmada esa pasión que acompaña a toda elección, un estudio más concienzudo y comprobado le haga surgir un juicio correcto que le permita observar las ganas que así, sólo con indicadores a la baja, me permitirán llegar a la grande.Con todo respeto y nada más para aclarar las cosas:EAR.