Hace poco más de 15 meses -15 de abril de 2021- el presidente López Obrador al hacer referencia a la exigencia del gobierno estadounidense de detener nuevamente al narcotraficante Caro Quintero, ‘justificó’ su liberación -en agosto 9 de 2013- diciendo que había sido ordenada por un juez después de procesar un amparo. “¿Cómo va a estar una persona detenida, sin una sentencia?. No había elementos, por eso el amparo y la libertad. Y una vez que sale,a buscarlo de nuevo porque viene la exigencia de Estados Unidos de que no se debió liberar. Pero legalmente procedió el amparo”.El viernes pasado -casi nueve años después de su liberación- fue aprehendido nuevamente en un operativo aparentemente tranquilo, sin violencia, pero donde desgraciadamente fallecen 14 miembros de la Marina Armada de México que minutos antes habían sido parte en la operación -cuando el helicóptero en que viajaban se precipitó a tierra-.Y vienen las interrogantes: la detención sucede prácticamente unas horas después del encuentro entre López Obrador y Joe Biden en Washington. ¿Coincidencia?. Cuando se esperaba ‘el gran anuncio’ por parte de Palacio sobre la detención, el presidente guarda silencio y solo hace referencia al lamentable accidente en donde 14 marinos pierden la vida. ¿Por qué no ensalzar la recaptura y aprovechar para ponderar ‘su lucha’ contra el narcotráfico?. ¿Por qué el silencio?.En el comunicado de la Secretaría de Marina, señala que a “través de la Armada de México, en un operativo realizado por la Fiscalía General de la República, en coordinación con personal naval, se logró la detención de un presunto transgresor de la ley, en el estado de Sinaloa, señalado como un objetivo prioritario para el Gobierno de México y de los Estados Unidos”. No se menciona ninguna otra colaboración y horas más tarde Anne Milgram, directora de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), envía una carta a sus empleados, señalando que “el increíble equipo de la DEA en México trabajo en colaboración con las autoridades mexicanas para arrestar a Rafael Caro Quintero”. En la confusión -si participaron o no-, aparece el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien niega la intervención de la DEA en el operativo.¿Quién miente?. Si la agencia norteamericana colaboró con inteligencia, ¿por qué ocultarlo?. Pudiera ser una posición incómoda para el gobierno de México, porque luego de que esa agencia detuviera al general Cienfuegos -octubre 16 de 2020-, López Obrador suspendió todo tipo de operaciones de la DEA en nuestro país. Y en lo que se refiere al accidente del helicóptero, el prolongado silencio sobre la causa, quedan las dudas si se trató de ¿una falla mecánica, un error de maniobra o represalia de la delincuencia?.Si la detención de Caro Quintero fue una ‘petición’ de Estados Unidos -en la reunión en Washington- y México siguió ‘al pie de la letra’ la ‘recomendación’, nada tiene que ocultarse, porque sencillamente se ‘correspondió’ a la detención de un sujeto que es buscado por la justicia del país vecino. Sin embargo, el silencio presidencial sobre captura y la ‘confusión’ sobre la participación de la DEA -que debería de tomarse como una colaboración por el interés norteamericano- dejan ‘volar’ la imaginación y hacen pensar que la detención no fue obra de un operativo organizado por la Armada, sino más bien una ‘petición’ de la Casa Blanca con el respaldo de su inteligencia antidrogas, donde no existía la opción a negarse quien sabe porque motivos, temores o compromisos.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net