Seguramente hoy estaremos llegando a los 161 mil homicidios violentos en lo que va del sexenio. Hasta ayer eran -de acuerdo con cifras oficiales- 160 mil 935 asesinatos y siguiendo el promedio de muertes diarias, que es de 83 -una cada 16 minutos-, ya habremos rebasado la cifra y de paso establecido un nuevo récord. Y los números -que no mienten- echan por la borda la posición triunfalista de Palacio en el sentido de que los delitos violentos han disminuido. Los datos de la agencia de estudios de opinión TResearch indican que si se compara el primer trimestre del año pasado con el presente, las cifras van en aumento. Que de continuar a ese paso, al finalizar el sexenio se superarán las 210 mil muertes violentas -estableciendo una nueva marca-, algo así como 54 mil víctimas más que el sexenio de Peña Nieto. Las estadísticas le dan peso a las declaraciones del obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, quien es además secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, quien el sábado pasado durante la novena Caminata por la Paz estableció que “Los números son atroces y hemos roto récords. Podemos decir que México está salpicado de sangre por todas partes. La impunidad es altísima y crece la desconfianza hacia las instituciones que imparten justicia. Las autoridades encargadas de la seguridad parecen ausentes o rebasadas. Y los datos no mienten y aunque quieran ignorar, la realidad nos estalla día a día ante nuestros ojos exigiendo ser corregido el rumbo de las cosas, pues lejos de aminorarse la violencia, se está extendiendo en cantidad y en crueldad, como un verdadero flagelo social que a todas luces es absurdo, inútil e injusto”.Posiblemente esta cruda posición del obispo de Cuernavaca contradice la instrucción que el Papa Francisco les dio a los obispos mexicanos que a principios de junio lo visitaron en el Vaticano, cuando según el arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, el Sumo Pontífice les dijo: “Ustedes son pastores, no dejen de ser pastores en esta realidad que está viviendo México. Ustedes no son políticos, no son gobernadores, no está en sus manos resolver este tipo de problemas, pero ustedes compórtense en esa compleja realidad”.De acuerdo con el obispo Castro y Castro, la recomendación de la Secretaría de Estado del Vaticano fue “que siempre se tiendan puentes y se promueva el diálogo, pero aquí no hay diálogo”, haciendo referencia a las diferencias entre la iglesia y Palacio Nacional, “pero hay que estar preparados, abiertos para cuando se abran las puertas. Pero hay una falta de conocimiento -de parte de López Obrador- y ojalá se pueda establecer ese puente de conocimiento mutuo”, dijo durante una entrevista de radio ayer por la tarde. Sin embargo, la realidad es que el Gobierno -por lo que resta del sexenio- no va a cambiar sus políticas de seguridad y la manera de enfrentar la violencia desatada en el país, las cifras de muertes violentas-desafortunadamente- continuarán incrementándose y las denuncias y las súplicas de la iglesia serán desechadas y vistas en Palacio como una intromisión y no como un llamado a una realidad que “está salpicando de sangre por todas partes”. ¿Usted, qué opina?