A sus 99 años, el viejísimo lobo de mar de las relaciones internacionales que es Henry Kissinger acaba de publicar un libro titulado “Leaderships: Six Studies in World” Strategy, donde traza los perfiles de seis importantes figuras de las que estuvo cerca, así como lo que llama sus “estrategias mundiales”. Se trata de Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anuar Sdat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher. En su número del 2 de julio de 2022, la revista inglesa “The Spectator” publica una larga y muy interesante entrevista* que le hace Andrew Roberts, y que comienza con la opinión de Kissinger sobre la invasión de Ucrania y sus posibles salidas, pero en la cual luego se abordan muchos otros asuntos internacionales presentes y pasados. Acerca de los dos personajes más antiguos, Adenauer y De Gaulle, habla sobre todo de una cualidad que los hermana y que les permitió reconstruir sus respectivos países tras la desolación de la Segunda Guerra mundial: la autoridad moral. Ésa que tan escasa es hoy entre los políticos.Algunos pasajes de esa parte de la entrevista:Sobre Adenauer: “Normalmente, los líderes cuentan con ciertos elementos de la sociedad sobre los cuales construir. Pero Adenauer fue canciller de Alemania en un momento cuando la estructura social, política y filosófica se había derrumbado por completo. Y donde, además, en la experiencia de la Alemania moderna no había modelos eficaces que seguir para establecer su autoridad. Entonces empezó de lo más cercano al cero que se puede estar. Reconstruyó una sociedad desmantelada sobre la base de la democracia. Fue una estrategia de humildad, en cierto sentido. Debía establecer a su país como un igual de los otros Estados en términos morales. Para ello tenía que admitir su partición, el desmembramiento de algunas de sus industrias y la creación gradual de sus instituciones democráticas. Tuvo que edificar un Estado, y la legitimidad dentro de él. Lo hizo gracias a su personalidad, a su fuerza y, paradójicamente, a su humildad”.Sobre De Gaulle: “Surgió gradualmente como líder del país después del colapso militar de Francia habiendo llegado a Inglaterra sin dinero, sin una estructura política”. Aceptó (y luego pagó) la ayuda británica. Desde la primera hora estableció el principio de que las posiciones estratégicas de Francia sólo las decidirían los franceses. “A su regreso a Francia, existían grandes fuerzas que habían llevado a cabo la resistencia, había partidos establecidos, y él era desconocido en territorio francés. Al principio la gente no lo reconocía porque sólo había oído su voz en la BBC. Pero se había ganado una autoridad moral de tal calibre que pudo llegar a París y prácticamente tomar el control del gobierno sin siquiera pedirlo explícitamente”. Lo logró mediante su autoestima y su fe inquebrantable en la grandeza de su patria. “Fue un desempeño espectacular. La política exterior francesa se mantiene fuertemente marcada por las tradiciones gaulistas”.“Y luego tuvo la fuerza interior de renunciar al cabo de un año de lograr aquello por lo que luchó y sufrió, pues pensaba que la orientación básica de la evolución constitucional haría que Francia volviera a dividirse…” *https://www.spectator.co.uk/article/there-are-three-possible-outcomes-to-this-war-henry-kissinger-interview