Llega el mes de agosto, y no por sorpresa, ya que lo esperábamos y oportunamente, a su debido tiempo, conforme a lo programado, se presentó muy puntual.Lo que sí llama la atención es la abundancia de fechas con las que viene a recordarnos la cercanía que nuestro pueblo tiene con la Virgen María, sobre todo en épocas tan sufridas en que tanto necesitamos su protección y consuelo.Abundan también las conmemoraciones de santos que nos enseñaron a acercarnos a Ella y que nos impulsaron a abrir el corazón, sabiendo que cuando encontramos a María, con ella está también Jesús, a veces en sus brazos, a veces a su lado.Así, al abrir nuestro calendario de este mes, como hermosa sorpresa nos encontramos el día 2 con la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles. Esos seres que más que verlos los imaginamos, pero que en ocasiones sentimos muy de cerca su presencia misteriosa y consoladora.El día 5 recordamos a Nuestra Señora de las Nieves, evocando aquella nevada copiosa que en pleno calor de verano parecía imposible pero era maravilloso. Así también este día se conmemora la dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro más antiguas y hermosas de Roma.El día 8 conmemoramos a Santo Domingo de Guzmán, que tuvo sabiduría e inteligencia para organizar y dar forma a esa oración tan querida y hermosa: El Santo Rosario, que nació para suplir la recitación de los Salmos. Allí se incluía la meditación de algunos pasajes de la vida de Jesucristo y de la Virgen María.También este día es solemne en Bolivia, por la fiesta de Nuestra Señora de Copacabana.El día 14 recordaremos al franciscano Maximiliano Kolbe, que en su tiempo fundó y dirigió una revista dedicada a la Virgen Santísima. Al final, en tiempos de guerra, dio su vida por un padre de familia. Quien ha visto la película Titulada “Las dos coronas” sabe de qué hablamos…Y llega el 15 de agosto, en que todo se viste de fiesta, de alegría y de gloria recordando la Asunción de la Virgen Santísima al cielo.Ese cielo que anhelamos, suspiramos y que aunque a veces no acabamos de entender cómo será ese futuro que Dios promete, lo soñamos y a menudo alzamos los ojos a mirarlo, sobre todo cuando recordamos a nuestros seres queridos que se nos han ido y que por la fe y la esperanza ubicamos en ese cielo.Pero no terminamos: el día 18 hay otra fiesta Mariana: Nuestra Señora del Rayo. Otra advocación popular inspirada en el Rosario.El 20 de de agosto es día de conmemorar a otro santo muy devoto de la Virgen María: San Bernardo de Claraval, Monje cisterciense que tuvo mucha influencia en su tiempo, y su amor tan grande a la Virgen María lo expresó en la hermosa oración que nos dejó y que frecuentemente repetimos: Acuérdate, Virgen María. Que ninguno de los que han acudido a Ti, e implorado tu protección ha sido defraudado…Y para completar, como hermoso coronario, el 22 estaremos celebrando otra hermosa Fiesta: La Virgen María como Reina.Una Reina que ama, que defiende que cobija… Oh, si todos los que tienen a su cargo velar por las personas fueran como Ella…Y en nuestro presente, tenemos tantas necesidades, tantas penas y aflicciones, nos duelen tantas separaciones y no vemos soluciones válidas a los problemas…Es buen momento para invocar a la Virgen María. Madre, Maestra y Reina de una humanidad que sufre y se debate entre contradicciones y lutos que duelen en el alma y que sólo ELLA puede consolar y ayudarnos a sanar.