Martes, 01 de Octubre 2024

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La Trampa de lo Inevitable: Manipulación y Resignación en la Política

Por: Luis Ernesto Salomón

La Trampa de lo Inevitable: Manipulación y Resignación en la Política

La Trampa de lo Inevitable: Manipulación y Resignación en la Política

En la compleja danza de la vida, muchas personas optan por desviar la mirada de lo inevitable, una suerte de evasión racional diseñada para eludir situaciones desagradables. Similar al niño que evita pensar en el fin del recreo, algunos individuos más maduros prefieren apartar la vista cuando se trata de confrontar lo que denominamos como destino.

Desde tiempos antiguos, los observadores de la naturaleza buscaban descifrar las reglas de lo inevitable. Los estoicos abogaban por la serenidad de ánimo para enfrentar y aceptar los hechos naturales inalterables por los hombres. No obstante, surge un dilema cuando se intenta presentar eventos futuros, dependientes de la voluntad humana, como ineludibles.

En el ámbito económico, se propaga la falacia de que el aumento de los precios es inevitable, mientras que en la política se plantean resultados electorales como si fueran predestinados. Declarar un triunfo electoral como inevitable revela una perspectiva antidemocrática, anticipando una decisión que corresponde a un colectivo de individuos cuyas voluntades deben ser escuchadas.

La táctica de presentar hechos como inevitables en la conversación social predispondrá el ánimo de la audiencia, beneficiando a unos y perjudicando a otros. Es crucial reflexionar sobre esto al observar cómo ciertos líderes políticos, como Donald Trump, proclaman como inevitable su triunfo, utilizando estrategias que podrían repetirse en elecciones futuras. En decisiones geopolíticas, se siembran ideas en la opinión pública, sugiriendo que la guerra es inevitable o que algunas causas son perdidas antes de intentar luchar por ellas.

La práctica de plantear destinos inevitables mediante la manipulación de sentimientos y juicios moralizantes, basados en falsedades, se ha vuelto común en la comunicación social y política. Inventar amenazas imaginarias, atribuir propuestas infundadas a adversarios y hablar con la autoridad de un profeta que predice un único camino para evitar el desastre se ha convertido en una táctica efectiva en campañas políticas globales.

La verdadera amenaza radica en renunciar al ejercicio del derecho y entregarse a la resignación, permitiendo que el destino actúe sin oponer resistencia. Ser pasivo ante un destino supuestamente negativo es una afrenta a la dignidad individual. A los ciudadanos se les presenta un dilema entre el ejercicio democrático y la apatía resignada, un peligro evidente en la toma de decisiones como el Brexit, donde la apatía dejó a otros la decisión.

Apelar a lo inevitable es ceder la capacidad de decidir, desviando la mirada y actuando como si las cosas no pudieran ser de otra manera. Nada es más antidemocrático que sembrar mentiras para fomentar la resignación. En un mundo donde la verdad y la participación ciudadana son esenciales, es fundamental resistir la trampa de lo inevitable y abrazar la responsabilidad de dar forma a nuestro propio destino.

luisernestosalomon@gmail.com

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