Muchas esperanzas se abrieron de que en Jalisco había llegado el momento de que se combatieran los rezagos históricos que padecíamos en la agenda feminista, cuando tras las elecciones del 2021, por primera vez en la historia, se constituyó una Legislatura con más diputadas que diputados.Aquí consigné, por ejemplo, que se trataba de la Legislatura del doble 63. Por un lado era la Legislatura LXIII (63) de la historia del Congreso del Estado y por el otro, era la primera en la que el 63 por ciento de los 38 escaños serían ocupados por mujeres. De tener 16 mujeres diputadas en la Legislatura LXII (62) se pasó a tener 24 de las todas las fuerzas políticas representadas en el Poder Legislativo.Pero conforme fue avanzando su gestión esas ilusiones se fueron diluyendo hasta tornarse en decepción, ya que por el voto en contra de la mayoría emecista y sus aliados y aliadas del PAN y el Verde, dejaron ir valiosas coyunturas en las que pudieron unir fuerzas para propiciar leyes que abonaran a la equidad de género y en el combate a la grave violencia contra las mujeres, así como para llamar a funcionaros violentadores, y a quienes debían perseguirlos y más bien los protegían. A más de la mitad de la Legislatura no han podido hacer a un lado las diferencias políticas y las agendas partidistas a las que responden cada una de las diputadas, para alcanzar una verdadera bancada de mujeres que emitiera mensajes y diseñara una clara agenda legislativa de género.Tampoco han sido factor para cambiarle el rostro y tratar de corregir la desprestigiada imagen de las y los diputados por los constantes escándalos de corrupción, impunidad y de opacidad en el Congreso local, tras toda una historia de supremacía patriarcal que persiste aún en la actual Legislatura de mayoría femenina. La semana pasada ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo para sacar las reformas necesarias para garantizar la paridad de género y no depender de las negociaciones y presiones partidistas que se dieron en los comicios del 2021 en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC) cuando se buscó el reparto paritario de candidaturas en los 10 municipios más importantes de la Entidad.Habrá que recordar que en aquel momento en el Consejo General del IEPC, tampoco la mayoría de consejeras electorales voto a favor de la paridad de género con la que se buscaba para poner fin al escamoteo que los partidos políticos hacen cada proceso electoral de este derecho constitucional de repartir equitativamente las candidaturas para cargos de elección popular entre hombres y mujeres.Los reclamos que hizo la diputada de Hagamos, Mara Robles, a una parte de sus compañeras diputadas por no aprobar estas reformas por subordinarse a la visión machista de sus dirigencias partidistas es prueba de que la LXIII (63) es la Legislatura de la paridad y de la agenda feminista que no fue.jbarrera4r@gmail.com
