Como siempre lo ha sido, la inauguración, nuevamente presencial de la Feria Internacional del Libro (FIL 2021), fue la tribuna en la que se ventilaron los conflictos políticos del momento.La del sábado puso en el centro el cada vez más enconado desencuentro entre el gobierno del estado y la Universidad de Guadalajara, que en la víspera había tenido otro episodio en la arena del Congreso del Estado luego del (des) encuentro entre la bancada de las y los diputados del partido Movimiento Ciudadano y el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva.El rector, a partir de una expresión del líder de la fracción naranja, Quirino Velázquez entendió que si la UdeG apoyaba la consulta sobre el pacto fiscal le regresarían los 140 millones de pesos para el Museo de Ciencias Ambientales que difundieron en un comunicado oficial. Para el gobierno alfarista, ese acuerdo era inadmisible y el coordinador tuvo que salir a decir que se le había malinterpretado.Antes, el gobernador Enrique Alfaro había argumentado que por motivos de agenda complicada no podría asistir a la inauguración de la FIL, pero que tenía el apoyo el evento cultural del gobierno del estado, cuya primera edición, recordó, fue en el rectorado de su padre.Lo cierto es que lo visto en el arranque de la FIL fue otro movimiento del péndulo político en el que se han movido en su historia política Alfaro y el líder del grupo que ha controlado la universidad pública del Estado en las últimas tres décadas, Raúl Padilla López.Ya no sólo no estuvo el Gobernador en la inauguración cerrando filas con el presidente de la FIL ante las críticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador como el año pasado, sino que esta vez aparecieron detractores que portaban pancartas con leyendas “Fuera Padilla” y “Universidad libre de caciques” entre otras.“Aquí somos escritores y lectores. Voces, no hocicones Y voces que repudiamos el pensamiento único, venga de donde venga”, reviró el controvertido fundador de la más importante feria de libro en español del mundo, en clara referencia a la mención del gobernador que no habría más dinero para los negocios de los “pillos” que controlan la universidad y a los embates que frecuentemente le lanza López Obrador desde la mañanera.Así, la vuelta de péndulo en la FIL, de un presidente que le reclamó hace más de un año al gobernador ser aliado del Padilla que usaba la tribuna de la FIL para criticar a la 4T, hasta la ausencia de Alfaro el sábado que ratificó el rompimiento político que tendrá su desenlace en lo que decida la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando devuelva o no el dinero al Museo que fue el origen de la discordia.
